Los snacks o refrigerios que tomamos entre comidas son muy peligrosos para nuestra dieta. Normalmente realizamos dos comidas completas al día, la comida de mediodía y la cena. El resto, incluyendo el desayuno, suelen estar formados por snacks o refrigerios que tomamos de forma rápida y nos llevamos al trabajo. Debido a que estos alimentos ocupan un porcentaje alto de nuestra dieta, debemos seleccionar opciones saludables, y alejarnos de alimentos como la bollería y los dulces.
Todas las comidas del día son importantes, también los refrigerios
Una cuarta parte de las personas están anulando los beneficios de las comidas saludables con refrigerios o snack poco saludables, lo que aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares. Este es el hallazgo de un artículo recién publicado en la revista European Journal of Nutrition.
Los refrigerios no saludables son muy variopintos, y van desde un mal bocadillo hasta galletas o patatas fritas. A lo largo del día, solemos hacer dos o tres comidas completas y las acompañamos con un almuerzo y una merienda. Son las elecciones en esos momentos las que arruinan las dietas saludables de un 25% de personas.
Existen alimentos como frutos secos, fruta o yogures que podemos utilizar como refrigerios, ya que son igualmente fáciles de transportar y consumir que otras opciones como las galletas. Por otra parte, hay opciones como las barritas energéticas industriales que creemos que son saludables, pero no lo son.
Los snacks saludables son una buena elección, pero los no saludables arruinan nuestra dieta
En la publicación de la revista European Journal of Nutrition, el 26% de los encuestados informó que consumían comidas principales saludables y refrigerios de mala calidad. Los alimentos ultraprocesados y otros refrigerios poco saludables se asociaron con peores indicadores de salud, además de no saciar a las personas cuando las ingerían.
El desayuno es una comida que para muchos es completa, pero para otros es un refrigerio más. Muchas personas toman cereales azucarados, dulces o bollería para desayunar, acompañados de un zumo industrial. En su lugar, deberíamos optar por tomar un desayuno completo con alimentos como avena, huevos, pan integral o lácteos enteros.
La hora del día también importa
Nuestro cuerpo sigue unos ritmos circadianos que van marcando la liberación o supresión de ciertas hormonas que nos despiertan o nos adormecen. Cuando cae la luz del día, nuestro cuerpo se prepara para dormir, no para comer, y eso hace que sea mala idea lo de "palomitas y peli" a las 12 de la noche.
Tomar refrigerios después de las 9 p.m. se asoció con marcadores sanguíneos más pobres en comparación con tomar el mismo alimento en otro horario anterior. Por lo tanto, evita escoger opciones de snack poco saludables, especialmente por la noche. En su lugar, elige bocadillos saludables, frutos secos, frutas y lácteos enteros de calidad.
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