El ayuno intermitente está en boca de todos, y no es de extrañar dado que esta práctica ha servido para que muchas personas puedan modificar su patrón de alimentación de modo que este se adapte mejor a su día a día.
El ayuno intermitente no es un tipo de dieta como tal, sino que, literalmente consiste en reducir la ventana de alimentación que tenemos a lo largo del día.
Por ejemplo, el ayuno 16/8 consistiría en dejar de comer durante 16 horas mientras que solo nos alimentaríamos durante las otras ocho.
La duda que les surge a muchas personas es; ¿qué beneficios y desventajas tiene este método con respecto a un patrón de alimentación convencional?
Beneficios del ayuno intermitente
Facilita la pérdida de peso
Por lo general, las comidas más copiosas aunque menos frecuentes tienden a generar un mayor grado de saciedad.
Aunque hacer ayuno intermitente no va a hacerte perder peso per se, este aumento en la saciedad sí que se puede traducir en una menor ingesta calórica voluntaria (y, de hecho, tiende a ser así).
Mejora la autofagia
La autofagia es el proceso por el cual las células "reciclan" las estructuras celulares que no les son útiles o que, por cualquier motivo, se encuentran defectuosas.
Aunque no es algo milagroso, el ayuno intermitente puede favorecer este proceso y de hecho todo esto puede incluso traducirse en un aumento de la longevidad, pero de nuevo no conviene obsesionarse con esto porque por ejemplo la actividad física puede conseguir mayores tasas de autofagia.
Puede mejorar la adherencia
Por último, muchas personas tienden a sentirse más cómodas sin desayunar, y esto es algo bastante positivo ya que puede ayudarles a adaptarse a un patrón de alimentación con el que, en definitiva, están más a gusto.
Esto puede ser algo muy bueno porque puede reducir la carga psicológica que puede sentir una persona al estar a dieta. De hecho, cuando una persona empieza una dieta debe tener a su disposición todas las facilidades posibles.
Desventajas del ayuno intermitente
Dificulta la ganancia de masa muscular
Como hemos comentado, el ayuno puede favorecer la saciedad, y esto puede hacer que se vuelva más complicado el ingerir una cantidad relativamente alta de calorías.
Si tenemos en cuenta que para ganar masa muscular necesitamos de un superávit calórico, vemos que en primera instancia puede que el ayuno no sea la mejor estrategia para conseguirlo.
Además, una ingesta más uniforme de proteínas puede derivar en mayores tasas de síntesis de proteínas musculares, lo cual, en el largo plazo, puede traducirse en una mayor cantidad de masa muscular.
Puede generar pesadez
Esta desventaja es evidente, y es que el ayuno no está hecho para todas las personas dado que habrá quien disfrute haciendo comidas muy grandes y poco frecuentes, pero habrá personas que tendrán precisamente la sensación opuesta.
Las comidas muy abundantes pueden generar pesadez y en muchas personas esto incluso puede llevarles a sufrir molestias como por ejemplo la acidez gástrica.
Puede causar cierta ansiedad
En personas que tienen una mala relación con la comida, este método puede ayudar, pero también puede ocurrir todo lo contrario, y es que en lugar de mejorar la adherencia genere ansiedad y estrés.
Puede que estas personas se obsesionen con el tiempo que llevan sin comer y con el tiempo que falta hasta la siguiente comida.
En esos casos es conveniente que el ayuno no sea la estrategia elegida, pero como hemos visto este método tiene tanto beneficios como desventajas que habrá que valorar en cada caso concreto.
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