A la hora de querer mejorar nuestra composición corporal en general o de perder grasa en particular, debemos tener claras cuales son las prioridades para lograrlo.
La hora del día a la que comas no va a ser relevante. La combinación de unos u otros alimentos, tampoco. Que lo que comas venga en batido o no, mucho menos aún.
En este artículo te explicamos las prioridades que debes tener en cuenta, de mayor a menor, si lo que deseas es perder grasa.
No lo son todo, pero no descuides la ingesta calórica
Es habitual que las personas crean saber más de nutrición de lo que realmente saben y que se digan a sí mismas cosas como "yo ya como saludable y no sé por qué no pierdo grasa". Puede ser que comas genial, pero también puede ser que seas una persona sedentaria. Puede ser que comas estupendamente bien, pero que no controles cuánto.
Las calorías no lo son todo, sobre todo si no somos personas activas que practican deporte regularmente o si no cuidamos la fuente de las mismas. Pero aún sin serlo todo, las calorías importan para inclinar la balanza hacia la ganancia de peso o de masa muscular o de músculo y grasa respectivamente.
No pienses tanto en macronutrientes sino en alimentos
En los últimos años se ha extendido mucho el concepto de IIFYM o dieta flexible que pone en el centro de la alimentación a los macronutrientes (proteínas, grasas y carbohidratos), aunque con la boca pequeña recuerde la importancia de elegir fuentes saludables de los mismos.
De esta manera, las recomendaciones habituales que se suelen ver en redes sociales son las siguientes:
- Consumir en torno a 1.5-2.5 gramos de proteína por kilo de peso. Las proteínas de origen vegetal cuentan.
- Consumir en torno a 0.7-1.5 gramos de grasa por kilo de peso.
- Consumir el resto de las calorías disponibles que tengamos en forma de carbohidratos.
Estas recomendaciones que se suelen tener en cuenta dentro de los que siguen la dieta flexible, lejos de dar flexibilidad pueden obstaculizar bastante la libre elección de alimentos en favor de elegir aquellos que "cuadren" dentro de las cantidades de macros previstas que nos habíamos propuesto.
Así pues, no pierdas de vista el reparto de macronutrientes que tiene tu alimentación, pero sobre todo, no pierdas de vista las fuentes de las que provienen. Prioriza en tu alimentación frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, semillas, frutos secos, aceite de oliva, tubérculos y en definitiva alimentos de origen vegetal.
Asegúrate de que tu alimentación es rica en micronutrientes
Este punto va relacionado con el anterior. A veces, en nuestro afán por cumplir con cierta previsión de macronutrientes, obviamos aquellos alimentos que aportan poco o nada de los mismos, como es el caso de los vegetales (también puede extenderse a las frutas en algunos casos).
La alimentación nos mantiene vivos no solo a corto plazo, sino también a largo por lo que es importante aportar a nuestro cuerpo la cantidad y variedad suficiente de vitaminas y minerales. Para ello las frutas y vegetales son la mejor opción. Procura elegir la mayor variedad posible de los mismos.
Añade la guinda al pastel con suplementos
Una vez tengas claras el resto de prioridades, puedes plantearte el uso de suplementos.
Si realmente cumples con todo lo anterior y deseas poner toda la carne en el asador a la hora de perder grasa, existen suplementos que pueden ayudarte a acelerar un poco las cosas.
Realmente, las únicas sustancias que han demostrado algún efecto sobre la pérdida de grasa son la cafeína, la sinefrina y el EGCG.
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