Ya se acerca la Navidad y esta época suele estar asociada a los excesos culinarios. Un alimento típico de esta época es el turrón. En el mercado existen diversas variedades que acabarán poblando nuestra mesa en esta época del año, algo que para muchos es un suplicio, ya que se trata de un alimento con un alto aporte calórico que en muchos casos acabará pasándonos factura, pero existe un tipo de turrón que destaca del resto por sus cualidades, se trata del elaborado con almendras.
Este tipo de turrón es el considerado como tradicional. Desde siempre ha sido el postre estrella de esta época del año, aunque es cierto que cada vez han aparecido más variedades de turrones que no han podido desbancar al de almendras que sigue estando presente, y es que se trata de una de las variedades más saludables, por lo que vamos a analizar detenidamente lo que nos va a llevar a decantarnos por este postre.
Antes de nada debemos saber los ingredientes que se utilizan para hacer este postre, y es que son totalmente naturales frente a los que muchos fabricantes usan a la hora de hacer otros modelos de turrón. Este uso de ingredientes naturales se debe a que este postre se realiza de la misma manera desde hace siglos, y totalmente a mano. Los ingredientes que se usan en su elaboración son las almendras, el azúcar, la miel de romero, el huevo y el limón. Todos ellos alimentos ricos en nutrientes y necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
Las almendras son un alimento totalmente natural, como buen fruto seco contienen altas dosis de ácidos grasos poliinsaturados necesarios y saludables para el organismo. Es cierto que en exceso no son recomendables, pero en pequeñas cantidades son muy beneficiosos, ya que el organismo los necesita a la hora de poder llevar a cabo su actividad cotidiana. Las almendras además contienen altas dosis de vitaminas del grupo B, al igual que proteínas e infinidad de minerales entre los que destaca el hierro, importante para el correcto funcionamiento del cuerpo.
El azúcar es otro de sus ingredientes que nos aporta energía, ya que es la principal forma de obtener glucosa para poder hacer frente a la actividad cotidiana. No debemos olvidar que en invierno el organismo necesita mayores dosis de calorías para poder soportar las bajas temperaturas. Eso sí, no debemos olvidar que un exceso de azúcar refinado no es nada recomendable, por lo que si podemos debemos echar mano de turrones elaborados a partir de azúcares integrales.
La miel es todo un compendio de vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo, sobre todo la vitamina C, imprescindible para reforzar el sistema inmunológico, lo que la convierte en el alimento ideal para evitar los resfriados propios de estas épocas del año. Esta vitamina también está contenida en el ácido cítrico del limón que se emplea para dar sabor a los turrones de almendra.
El uso del huevo dota a este postre de una serie de nutrientes básicos para el organismo como son las proteínas, puesto que son el principal alimento de los músculos de nuestro cuerpo. Todo esto hace que el turrón de almendras sea la opción más saludable dentro de los dulces de Navidad, y es que a pesar de tener un alto aporte calórico, también nos brinda infinidad de nutrientes que además de endulzarnos el paladar nos alimenta.
Imagen | Xosé Castro
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