Todos sabemos que los excesos no son buenos y lejos de beneficiar a la salud, resultan nocivos para el organismo. Ésto es lo que sucede ante una dieta elevada en calorías que no se utilizan y por ello, contribuye a un exceso de peso, lo cual desencadena otras afecciones vinculadas.
Sin embargo, ese no es el único efecto negativo del excesivo aporte calórico, sino que un nuevo estudio sugiere que un exceso de calorías "enloquece" al cerebro y así, comienza a generar enfermedades metabólicas.
Los investigadores estadounidenses hallaron un compuesto relacionado con la respuesta inmunológica de leucocitos y macrófagos en el hipotálamo, zona del cerebro relacionada con el metabolismo.
No obstante el hallazgo y las altas cantidades de dicho compuesto en el cerebro, éste se encontraba inactivo, pero cuando se alimentaron los roedores con una dieta alta en grasas y calorías, el compuesto se volvió altamente activo.
Así, el cuerpo ignora las señales de la leptina, hormona que regula el apetito, y de la insulina, encargada de colaborar en la producción de energía a partir de los alimentos.
Cundo este compuesto estaba elevado y activo en el cerebro, los ratones comían más, mientras que cuando era inhibido la ingesta alimentaria disminuía.
Ante estas reacciones, se genera un proceso inflamatorio que se asocia a la obesidad y que es responsable de la mayor parte de las enfermedades asociadas al exceso de grasa en el organismo, como son la diabetes o la hipertensión.
Si bien en un futuro podría utilizarse este gran avance para producir fármacos, por el momento debemos tomar conciencia de que una dieta hipergrasa y, por consiguiente hipercalórica, daña más de lo que pensábamos a nuestro organismo.
Además, si el proceso es tal como se explica en los estudios, ante una sola comida excesiva en calorías, estaríamos "volviendo loco al cerebro" y provocando esta cadena de reacciones que termina enfermándonos.
Por ello, lo mejor es prevenir y evitar las comidas copiosas, ricas en grasas y azúcares simples, que lo único que nos brindan son calorías vacías y sustancias que perjudican nuestra salud.
Vía | Terra En Vitónica | Comida rápida, ¿descontrola nuestro apetito? E Vitónica | El gen que no permite calmar el apetito y produce obesidad
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2 comentarios
Fernando
¡Qué vergüenza! Vaya manera de escribir noticias, tergiversando la información y sesgándola en busca de adeptos en pro de una causa.
1º. El cerebro no se vuelve loco. Si acaso, modifica conductas y se adapta mejor o peor.
2º. De quién es el estudio y cómo se ha elaborado. Me apostaría la casa a que los científicos no hablan de "locura cerebral"
3º. Para locura cerebral, la del autor de este artículo, que pretende que la gente se obsesione con lo que come contando calorías con preocupación, "no vaya a ser que un día me descuide y mi cerebro acabe loco y me obligue a engordar". Pues yo como sin contar, muchas veces me paso en la ingesta de calorías (seguro) y mi cerebro no me obliga a comer entre horas. No se ha vuelto loco nadie a mi alrededor y todos comen sin problemas. Es más, mi entorno sólo conoce de un tipo de trastorno alimenticio: la anemia provocada por "noticias" como esta.
4º. Si queréis encontrar la verdadera causa de la mayor obesidad, echad un vistazo a la actividad deportiva que practica nuestra sociedad, cada vez más sedentaria y acostumbrada a que le lleven (escaleras mecánicas, coches para ir a buscar tabaco…). Id a instalaciones deportivas y encontraréis que aquellos que las frecuentan comen tranquilamente ¡Y NO ESTÁN GORDOS!
Gabriela Gottau
Fernando, lamento decirte que en un blog suelen utilizarse expresiones en sentido figurado y para entender lo que verdaderamente se dice se debe leer por completo el post.
En el mismo se explica con claridad y no se habla para nada de "locura cerebral", además el "enloquece" del titular está entre comillas, por lo tanto, no puedes interpretarlo literalmente.
Por otro lado, mi intención no es fomentar el conteo de calorías, ya que ésto si puede obsesionar a la gente, sino por el contrario, estimular una dieta saludable libre de excesos permanentes.