Seguro que todos conocemos o sabemos de alguien que padece intolerancia a la lactosa. Se trata de un trastorno muy habitual por el que esas personas no pueden consumir esta sustancia, ya que su cuerpo no la digiere de manera adecuada. Pero en relación a la leche existe otro trastorno mucho menos frecuente, pero que tiene también mucha importancia. Se trata de la alergia a la proteína de la leche. Por ello en Vitónica queremos ahondar en este tema y ver en qué consiste y los resultados que puede tener en el organismo.
Dentro de los nutrientes que nos brinda la leche las proteínas ocupan un papel importante, y es que las contiene en altas cantidades. A pesar de todo, este tipo de alergia por norma general se gesta desde la más tierna infancia, y es que al nacer nos alimentamos de la leche materna con una proteína exclusiva del ser humano. Al pasar a consumir leche de origen animal, el organismo del niño detecta otro tipo de proteína extraña que rechaza, desarrollando una alergia. Es simplemente un mecanismo de defensa, pero muchas personas no saben que la tienen y achacan sus efectos a otros fenómenos.
A pesar de comenzar a desarrollarse este rechazo en los primeros meses de vida, puede manifestarse a cualquier edad, y es que la alergia es algo que se va desarrollando poco a poco hasta que llega un momento que el rechazo es tan grande que tiene una manifestación. Por ello debemos estar atentos a las señales que nos manda nuestro cuerpo. Uno de los signos más visibles es la urticaria que puede aparecer en la piel en forma de manchas rojas que producen picores, además de inflación de los labios e incluso las articulaciones en muchos casos.
Otros síntomas de esta alergia son a nivel digestivo, ya que puede provocar vómitos, diarrea, hinchazón de estómago... Además puede llegar a afectar a los pulmones y hacerse visible a través de síntomas como la asfixia, asma temporal, pitidos al respirar, estornudos constantes... Pero en el peor de los casos esta situación puede llegar a más y mezclar todos estos síntomas a la vez, por lo que es necesario seguir un tratamiento adecuado para acabar con ello.
Para detectar este tipo de alergia, simplemente debemos acudir a un médico que nos detectará el problema y nos prohibirá la ingesta de leche de origen animal, ya que si evitamos este tipo de proteína acabaremos con el rechazo que el organismo tiene hacia ella. No debemos olvidar que los nutrientes que nos aporta la leche los podemos conseguir por otros alimentos, por lo que no es algo fundamental en nuestra dieta, y podemos renunciar a ella con total facilidad.
Imagen | desing123
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