Desgraciadamente, el cáncer se ha convertido en la obsesión de la especie humana. Miles de estudios constantemente buscan soluciones ante el mayor causante de muertes en la actualidad, con el objetivo de volver a aumentar la esperanza y calidad de vida a nivel mundial. Si bien no es una solución y ni mucho menos la curación, muchos de estos estudios oncológicos apuestan por el ejercicio físico como una buena medida para paliar en parte los síntomas y desgaste de la enfermedad.
La realización de ejercicio cardiovascular moderado es, al contrario de las primeras sensaciones que tienen los enfermos de cáncer, una gran medida para paliar los síndromes de fatiga que padecen. Los incrementos en volúmenes cardíacos (por ejemplo: bombeo de sangre) y mejoras a nivel muscular ayudan a disminuir los efectos de tratamientos como la quimioterapia o radiaciones.
Además, el stress "bueno" creado por el ejercicio libera hormonas que proporcionan resistencia al crecimiento de tumores, mejorando las defensas contra los mismos.
De hecho, el entrenamiento cardiovascular ha sido evidenciado en numerosas ocasiones como el "freno" el empeoramiento cardíaco, incluso en tratamientos de varios meses. Eso sí, según la publicación EF Deportes, la prescripción de ejercicio física en enfermos de cáncer debe seguir los siguientes criteros.
*Estado físico del paciente. *Tipo de ejercicio. *Intensidad del mismo. *Frecuencia de la actividad física. *Duración
Por lo tanto, si tienes gente de tu entorno que, por desgracia, sufre algún tipo de cáncer, anímalo a que no deje la actividad física (debidamente controlada).