Hemos hablado mucho en Vitónica acerca de nuestros genes y su relación con el ambiente en la actualidad, que nos lleva en muchos casos a sufrir las enfermedades contemporáneas asociadas con el estilo de vida, y Enrique Campillo nos describe como monos obesos y fundamenta esta denominación en un práctico video.
Autor del libro “El mono obeso”, el doctor Campillo nos explica como en el ambiente hemos avanzado mucho más rápido que nuestros genes y por esa razón, vivimos con un cuerpo prehistórico en un ambiente super moderno. Así, nos cuesta dejar comida y controlar la ingesta de alimentos, porque es difícil confiar en la idea de que nunca faltará.
Para el ser humano, todo ha cambiado mucho a su alrededor, pero sus genes sólo se han modificado un poco. Así, en la actualidad somos los únicos animales que no debemos esforzarnos grandemente para conseguir alimento, por ello, hoy somos monos obesos.
Comprender esto nos sirve para entender que la obesidad no es una cuestión de falta de voluntad o de mala conducta, sino que hay muchos más factores internos, propios del organismo, que influyen en su desarrollo.
Por supuesto, la ingesta de alimentos así como la actividad física pueden controlarse para vivir más saludables y prevenir enfermedades como la obesidad, pero sin duda no es tarea fácil y requiere de un proceso de aprendizaje que permita que el ambiente se modifique para beneficiar al organismo, pues por el momento, no podemos modificar nuestros genes.
En Vitónica | El genotipo ahorrador, posible explicación de la obesidad
Video | YouTube
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2 comentarios
jaime_
Me ha encantado la entrevista documental del vídeo. Me quedo con "El sedentarismo es una auténtica enfermedad carencial que se cura con el ejercicio físico" :)
Juancamina
Coincido con Jaime. Con respecto al mono obeso y su eventual reversión, yo tengo mi fórmula : V x P x I = EF (voluntad x posibilidad x intensidad = estado físico). Un individuo que no reúna las tres variables para realizar actividad física no tendrá un estado físico adecuado. Puede tener voluntad y ninguna posibilidad por x razones, o voluntad y posibilidades y no realizar la actividad con suficiente intensidad, tampoco tendrá resultados. Y creo que en ese orden se presenta el desafío : primero hay que tener voluntad de mejorar, luego encontrar la posibilidad y finalmente aplicar una intensidad que sea útil. Sobre el hombre monogástrico y sus desviaciones en la calidad y cantidad de la ingesta tenemos un tema cada vez mas interesante. Sldos. Juanca.