Cuando acudimos a un gimnasio a entrenar lo primero que nos encontramos es con una amplia variedad de máquinas que nos permitirán realizar diversos ejercicios y rutinas para cada parte del cuerpo. Cada vez aparecen más modelos en el mercado, con lo que el abanico de posibilidades se abre sin que nos demos cuenta, pudiendo de este modo innovar en las rutinas y evitar que los músculos se acostumbren. A pesar de todo, todavía hay muchas personas a las que les gusta experimentar con las máquinas y darles nuevos usos. Para ello queremos dar algunas claves para hacerlo de la manera correcta.
Está bien que tengamos siempre inquietud por mejorar y buscar alternativas a los entrenamientos convencionales y las máquinas de siempre, pero a veces esta práctica puede resultar peligrosa si no sabemos cómo hacerlo. Por esta razón es necesario que hagamos un pequeño repaso a una serie de puntos.
Saber diferenciar los distintos grupos musculares
En primer lugar es muy importante que sepamos diferenciar los diferentes grupos musculares y localizarlos en nuestro cuerpo, ya que es la base a la hora de entrenar, pues de este modo podremos diferenciar entre unos y otros y mantenerlos bien entrenados. Este conocimiento nos ayudará a la hora de planificar rutinas y elegir las máquinas y aparatos que vamos a utilizar, pues de este modo no caeremos en el error de intentar trabajar una determinada parte del cuerpo con el aparato o el ejercicio inadecuado.
Esta máxima es la que debe primar a la hora de innovar, ya que es necesario que tengamos muy claro el mecanismo y el funcionamiento de cada parte del cuerpo y saber el movimiento o movimientos y la manera adecuada para entrenarla. Con este conocimiento podremos poner en práctica la innovación e inventar distintos usos para las máquinas convencionales del gimnasio.
Conocimiento de las máquinas
A este conocimiento de los grupos musculares y su funcionamiento debemos sumarle el perfecto conocimiento de las máquinas y aparatos que tenemos a nuestra disposición en el gimnasio. Esto nos ayudará mucho a la hora de innovar e inventarnos nuevos ejercicios a partir de una máquina. Es importante que sepamos diferenciar muy bien las máquinas, ya que hay algunas que no permiten innovación pues su recorrido está muy prefijado, pero otras en cambio, al tener poleas y otra serie de apliques, pueden utilizarse mucho mejor para otros menesteres.
Es necesario que seamos coherentes a la hora de adoptar una máquina a un nuevo ejercicio o a un nuevo movimiento, ya que siempre debemos respetar la correcta postura del cuerpo en todo momento, evitando así posturas forzadas en las que estemos obligando a una parte del cuerpo a adquirir una forma forzada. Esto puede a la larga traer consecuencias y desviar la atención del grupo muscular principal que estamos trabajando en ese momento.
Control del cuerpo
Para evitar precisamente estos riesgos a la hora de realizar nuevos ejercicios a través de la experimentación, es necesario que controlemos a la perfección nuestro cuerpo. Por este motivo una persona que acaba de empezar a realizar ejercicio no debe aventurarse a experimentar hasta que no haya adquirido una destreza, fuerza y control sobre su cuerpo y las partes que lo componen. Esto es fundamental, lo mismo que conocernos a nosotros mismos y saber nuestras limitaciones, pues podemos hacernos daño forzando la postura.
Evitar las situaciones de riesgo
Es muy importante tener sentido común a la hora de innovar y evitar las situaciones de riesgo, tanto de lesión como de padecer un accidente pos incluir demasiados apliques o pesos sueltos a las máquinas. Esto es así pues normalmente las máquinas están provistas de dispositivos de seguridad que en los casos en los que innovemos apenas nos servirán. Por ello todas las medidas de seguridad y control son necesarias. Si echamos mano de la ayuda de un compañero de entrenamiento mucho mejor, ya que nos corregirá y ayudará si algo sucede mientras estamos realizando el ejercicio.
Imagen | East Georgia College