En anteriores artículos os hemos hablado sobre la preparación física para hacer el camino de Santiago, tanto a pie como en bicicleta. También de todo lo que tenéis que llevar en la mochila para emprender tan singular viaje y de cómo elegir el calzado perfecto para que caminar hacia la ciudad del apóstol sea un placer.
Hoy os hablamos de las diferentes rutas que podemos tomar para llegar a Santiago, para que elijáis el camino que mejor os venga. Estos son 'los caminos de Santiago'.
El camino de Santiago francés
El camino francés o camino franco es la ruta más conocida y transitada por los peregrinos a la hora de llegar a Santiago. Se trata de la ruta más larga que podemos hacer y cuenta con 940 kilómetros divididos en 31 etapas a pie en su versión más larga, partiendo desde Saint-Jean-Pied-de-Port, en la zona de Aquitania.
El inicio del camino francés en sus primeras etapas puede realizarse por dos rutas distintas: por un lado encontramos la ruta más tradicional, que discurre por Roncesvalles y Pamplona, y por otro el camino por Somport. Ambas se unen en la etapa 7 en Torres del Río, desde donde discurren unidas hasta Santiago.
El camino francés es, además, el más utilizado por los peregrinos que acuden a Santiago entrando a España desde Francia, después de cruzar los Pirineos. Una maravilla de ruta si además de caminar queréis disfrutar de grandes tesoros arquitectónicos como la catedral de Jaca o la iglesia de Santa María de Eunate.
El camino de Santiago del norte
Otra de las rutas más transitadas en el camino a Santiago es el camino del norte, que ocupa el segundo puesto en cuanto a longitud, con 815 kilómetros divididos en 32 etapas a pie. El camino del norte parte desde Irún y recorre la parte norte de la península ibérica bordeando la costa. Fue el camino utilizado hasta que la Reconquista se afianzó, para luego ceder su protagonismo al camino francés.
El camino del norte, también conocido como "camino de la costa" perfila la cornisa cantábrica hasta llegar a Arzúa, donde se une al camino francés para llegar a Santiago. Su orografía es algo más complicada que la del camino francés, más amigable para los peregrinos, pero su trazado nos hace pasar por lugares tan pintorescos como la enorme playa de Laredo o la bahía de Santander.
El camino de Santiago primitivo
El camino primitivo o ruta xacobea de interior es una ruta mucho más corta que las anteriores, con 321,4 kilómetros divididos en 13 etapas a pie. Esta ruta conecta la ciudad de Oviedo con Santiago, entrando por Lugo y pudiendo disfrutar de esta manera de los verdes paisajes de la zona norte de nuestro país, con lugares tan emblemáticos como el desfiladero de Peñaflor.
El camino primitivo recibe este nombre ya que fue el primero que se utilizó para llegar a Santiago: durante el siglo IX la capital del reino se encontraba en Oviedo, y el rey Alfonso II el Casto, que allí residía, tomó esta ruta para llegar a la tumba del apóstol, que acababa de ser descubierta. Tomando el camino del norte podemos replicar el itinerario regio del que se considera el primer peregrino de la historia.
La vía de la plata
Si hablamos de caminos históricos no puede faltar bajo ningún concepto la vía de la plata: esta ruta, que utiliza el antiguo corredor utilizado ya en el siglo VII a.C. por los tartesios para el comercio y que posteriormente fue calzada romana para unir la zona norte y sur de la península, cuenta en su versión xacobea con 705 kilómetros de longitud divididos en 26 etapas a pie.
Se trata de una de las rutas con más historia y más bellas para llegar a Santiago, pero también bastante dura, ya que muchas de sus etapas cuentan con más de 30 kilómetros que tendremos que recorrer para llegar al siguiente inicio de etapa.
La vía de la plata lleva desde Sevilla hasta Astorga, desde donde se toma el desvío para llegar a Santiago, con otras 13 etapas más de viaje. Una posibilidad para acortarlo un poco es partir desde Mérida en lugar de desde Sevilla, recortando unos 215 kilómetros.
El camino de Santiago portugués
Más al oeste que la vía de la plata se desarrolla el camino de Santiago portugués, con sus 119 kilómetros en seis etapas a pie que unen la localidad de Tui con Santiago de Compostela pasando por Pontevedra. Otra posibilidad, haciendo el camino más largo, es tomarlo desde Coimbra o desde Lisboa, en Portugal, sumando en este último caso 500 kilómetros más a la ruta desde Tui.
El camino portugués fue uno de los más utilizados para peregrinar a Santiago. Cabe destacar que en algunas de las etapas del camino de Santiago portugués no hay albergues para los peregrinos, por lo que se tiene que recurrir a casas parroquiales o a establecimientos privados para pasar la noche.
El camino de Santiago inglés
Los peregrinos que llegaban a la península ibérica desde las islas británicas y desde los países de Europa del norte generalmente atracaban en Ferrol o en A Coruña, desde donde tomaban el conocido como 'camino de los ingleses' para llegar hasta Santiago. Se trata, obviamente, de un camino corto, ya que no sale de Galicia: 155 kilómetros en siete etapas a pie que nos llevan hasta la ciudad del apóstol.
El camino inglés es una opción poco común entre los peregrinos, pero que puede ser una buena idea cubrir si en anteriores ocasiones hemos hecho caminos más masificados, como el camino francés o el camino del norte. Se encuentra bien señalizado, y ojo si lo hacemos en bicicleta: no recibiremos la credencial del peregrino ya que la mínima distancia en bici a cubrir para conseguirla es de 200 kilómetros.
El camino de Santiago catalán
El camino catalán a Santiago pasando por San Juan de la Peña tiene una longitud media, de 325 kilómetros que podemos cubrir en 14 etapas a pie. El camino parte desde el monasterio de Montserrat, en la provincia de Barcelona, y puede realizarse pasando por Huesca hasta llegar a Santa Cilia de Jaca, donde se une con el camino de Santiago francés. Desde ahí tenemos que sumar todos los kilómetros que nos quedan hasta llegar a Santiago.
Otra posibilidad, en lugar de pasar por Huesca, es la de tomar la ruta del Ebro pasando por Fraga y por Zaragoza hasta llegar a Logroño, donde se une con el camino de Santiago francés. Ojo con esta ruta porque exige cruzar a pie Los Monegros, un área con un clima semidesértico que puede pasarnos factura el resto del viaje.
Estas son algunas de las rutas más utilizadas para llegar hasta Santiago de Compostela. Por supuesto, no son las únicas: existen multitud de variantes que podemos descubrir en las peregrinaciones.
Hacer el camino de Santiago es siempre una buena oportunidad para disfrutar del deporte, la naturaleza, la cultura y la historia y, si es nuestro caso, para hacer un ejercicio de introspección mientras caminamos.
¿Habéis hecho ya el camino de Santiago? ¿Cuál fue la ruta que seguisteis?
Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en julio de 2018 y ha sido revisado para su republicación
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