Las bajadas de peso brusco o simplemente la edad pueden ser la causa de que suframos flacidez en algunas partes del cuerpo o en los brazos si somos más concretos.
La flacidez es una combinación de grasa y piel unida a un tejido muscular pobre que se encuentra debajo por lo que la solución consiste en ganar masa muscular, no en tratar de perder más grasa.
En este artículo te explicamos cómo ver la flacidez y cómo afrontarla mediante entrenamiento.
¿Cómo debemos entender y afrontar la flacidez?
La flacidez como decíamos es una mezcla de grasa y sobre todo piel sobrante, ya sea porque hemos bajado rápido de peso o por la edad. Sea como fuere, la flacidez va unida a una base muscular muy pobre por lo que el enfoque principal que tenemos que tener a la hora de acometer esto es el de ganar masa muscular.
Y es que el error mas común en estos casos es el de pretender perder aún más grasa o incluso intentar solucionarlo mediante cremas hidratantes. Si en un contexto como el que hemos mencionado, en el que la base muscular que tenemos es muy pobre, tratar de perder grasa acabará por destruir la poca masa muscular que tengamos.
Lo dicho, a ganar masa muscular.
Pullover de tríceps con goma
La flacidez en los brazos es una cuestión de composición corporal localizada, es decir, de la proporción de músculo y grasa que tengamos en nuestro brazo combinada con una piel que se ha dado de si demasiado rápido o que ya no tiene las propiedades elásticas de antaño. En el primer caso se puede deber a una bajada de peso brusca y en el segundo a que ya contamos con cierta edad.
Sea como fuere debemos seleccionar ejercicios para nuestro tríceps bajo la premisa de ganar masa muscular y que la piel sobrante se adapte a un volumen mayor que ahora mismo no está cubriendo.
Para ello vamos a ver la forma ideal de seleccionar ejercicios que estimulen al máximo este grupo muscular.
Empecemos por lo básico seleccionando ejercicios que desarrollen una extensión de codo con el hombro flexionado para enfatizar la cabeza larga del tríceps y ejercicios sin flexión de hombro para dejar esta aparte y dedicarnos a las cabezas lateral y medial.
De esta manera, el ejercicio que podemos ver más arriba es un ejercicio de extensión de codo con el hombro flexionado (brazo elevado). Con esto tenemos la cabeza larga bien enfatizada.
Muévete en un rango de entre 8 y 20 repeticiones muy cerca del fallo, es decir, a una o dos repeticiones del mismo como mucho.
Flexiones diamante
Ahora seguiremos con la misma dinámica, pero en lugar de llevar la flexión de hombro al máximo nos quedaremos a medio camino. Un ejercicio con estas condiciones conseguirá un trabajo bastante equilibrado de las tres cabezas, aunque la larga sigue siendo protagonista.
Es lo que podemos ver con las flexiones diamante. Si te resulta muy difícil tomar una posición como la del vídeo, puedes separar un poco más las manos pero teniendo en cuenta que deben estar más juntas que lo que estarían en una flexión normal. También puedes apoyar las rodillas en el suelo.
En este ejercicio podemos acotar un poco más el rango de repeticiones y movernos entre 8 y 12 con un esfuerzo similar al del anterior ejercicio: una o dos repeticiones en recámara.
Patada de tríceps con goma
Por último, elegimos un ejercicio en el que nos dedicaremos exclusivamente a extender el codo sin grandes parafernalias, es decir, sin flexión alguna de hombro.
En el vídeo podemos ver una opción excelente aunque si tenemos alternativa también podemos colocar el anclaje de la goma en el techo o por encima de nosotros y hacer una extensión de tríceps convencional.
Muévete entre las 15 y 20 repeticiones y sin dejarte ninguna repetición en recámara.
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