Un lector nos escribe preocupado porque lleva unos meses en el gimnasio y sus músculos han crecido, pero su grasa abdominal también. Es algo normal, ya que si sólo nos preocupamos por trabajar los músculos, la dieta, que también va encaminada a aumentar músculo, puede hacer que nos pasemos con las calorías y eso se notará en forma de michelín. ¿Cómo podemos introducir el cardio en una rutina de musculación?
La respuesta es fácil, tal y como nos comenta el lector, él va 3 veces por semana al gimnasio, con lo que le quedan otros 2-3 días libres para hacer algo de cardio. Para no pasarnos de intensidad y evitar perder músculo es buena idea entrenar con pulsómetro y no ir a más del 80% de nuestra frecuencia cardíaca máxima.
Empezar con sesiones de 30 minutos e ir aumentando poco a poco hasta llegar a la hora hará que 2-3 días por semana quememos muchas calorías a base de grasa y las reservas de nuestro cuerpo se vayan gastando. El tipo de ejercicio ya depende de la persona: correr, andar, bicicleta, elíptica, natación...pero recuerda, siempre a una intensidad media que te permita hacer la sesión completa, cansado pero no tirado por los suelos.
Si lo que nos interesa es trabajar el cardio el mismo día que entrenamos pesas la sesión ahora tendrá dos partes: primera en la que hacemos nuestros ejercicios de musculación a tope y segunda donde acabaremos con el cardio, que hará las veces de quemagrasa.
En una sesión de musculación podemos empezar con cardio, pero podemos caer en el error de fatigarnos demasiado y luego no poder rendir al 100% en los ejercicios con pesas, por eso es mejor dejarlo para el final, ya que el cardio no debe ser muy fuerte y nos servirá también para hacer una buena vuelta a la calma y mejorar la recuperación.
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