El ejercicio es una ayuda para evitar el desarrollo de la depresión y también para su control, pero hasta el momento, se creía que la intensidad del esfuerzo y las actividades cuya duración era prolongada tenían mayor efecto en este sentido, al igual que actividades al aire libre que son las que más endorfinas liberan. No obstante, levantar pesas (y no sólo correr) puede ayudar a prevenir y revertir síntomas de depresión.
Levantar pesas contra la depresión
Una revisión recientemente publicada de 33 ensayos clínicos diferentes en los cuales se incluyó a cerca de 2000 participantes, señala que levantar pesas también es de ayuda para prevenir la depresión y reducir algunos de sus síntomas más característicos.
Independientemente de los días que los participantes entrenaban, del estado de salud previo y actual y de la ganancia de fuerza, el levantamiento de pesas redujo significativamente los síntomas depresivos en los adultos evaluados.
Estos resultados coinciden con los revelados por un estudio publicado en la revista Sports Medicine el año pasado que demuestra que el entrenamiento de resistencia ayuda a reducir la ansiedad tanto en personas sanas como con enfermedad mental y lo hace independientemente de las características del entrenamiento en sí.
Aunque levantar pesas ayuda a prevenir la depresión, estos estudios no quitan importancia al entrenamiento tipo aeróbico ni a otros, como así tampoco se puede concluir que el ejercicio sustituye a la terapia farmacológica indicada por el profesional de la salud tratante de la depresión.
Con esta reciente revisión se puede concluir que, independientemente de la intensidad o el tipo de entrenamiento, la actividad física o el ejercicio (planificado y estructurado) es un gran arma contra la depresión, por lo que lo recomendable es escoger una alternativa que sea de nuestro agrado, que podamos sostener en el tiempo y así, disfrutar de sus beneficios no sólo a nivel físico sino también, a nivel mental.
Este artículo fue originalmente publicado por Gabriela Gottau en junio de 2018 y ha sido revisado para su republicación.
Bibliografía consultada | JAMA Psychiatry. 2018;75(6):566-576. doi:10.1001/jamapsychiatry.2018.0572 y Sports Med. 2017 Dec;47(12):2521-2532. doi: 10.1007/s40279-017-0769-0.
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