4,5 millones de lugares para hospedarse en más de 81.000 ciudades. Las cifras que hacen referencia a Airbnb, la empresa más famosa de alojamiento turístico que nació con el boom de la economía colaborativa dan vértigo (y eso que no estamos hablando de sus cifras de negocio). Seguramente muchos de vosotros hayáis optado por alquilar una habitación o una casa con Airbnb en vuestras últimas vacaciones: a día de hoy, es raro que alguien no lo haya hecho.
La industria hotelera, viendo mermados sus beneficios, no ha dudado en presentar batalla a este desafío de Airbnb: nuevos diseños de locales y habitaciones, nuevas marcas e incluso la participación en esta economía colaborativa (Kike Sarasola, el fundador de la cadena Room Mate Hotels, lanzó ya hace unos años Be Mate: apartamentos particulares que se alquilan de forma similar a Airbnb, pero con servicios premium).
¿Cuáles son las cartas con las que puede jugar la industria hotelera para hacer que sus huéspedes no se marchen a un Airbnb en sus próximas vacaciones? Una de las grandes bazas de los hoteles para retener a los huéspedes, en medio del boom de la vida fit y sana, son sus gimnasios.
Hace un par de años por estas mismas fechas, la revista Expansión se hacía ya eco de este fenómeno: una de las cosas que más se valora en el sector de los hoteles de lujo son los gimnasios de los hoteles. La posibilidad de tener acceso a cualquier hora del día o de la noche no solo a un entrenamiento completo, sino también a tratamientos de hidroterapia, masajes o a cualquier actividad relacionada con el wellness, es uno de los factores que pueden hacer que un posible cliente se quede en un hotel o se vaya con la competencia.
En un momento en el que cuidar de nuestra salud es una de las prioridades de toda la población y que cada vez nos preocupamos más tanto de nuestra nutrición como de ejercitar nuestro cuerpo, el hecho de tener a nuestra disposición un gimnasio donde entrenar un rato cada día puede marcar la diferencia a la hora de elegir nuestro alojamiento.
¿Qué debería haber en el gimnasio de un hotel?
Personalmente, siempre suelo mirar si el hotel en el que me voy a hospedar dispone de gimnasio. En mi caso no se trata de un factor decisivo a la hora de realizar la elección (en muchas ocasiones he terminado entrenando en mi propia habitación: una sesión de Yoga o un pequeño circuito de quince minutos son muy asequibles), pero si el hotel tiene gimnasio es muy probable que lo use.
La escena suele ser la siguiente: me pongo la ropa de deporte, salgo de la habitación, me dirijo al gimnasio del hotel con ganas de ponerme a entrenar... y me encuentro que hay tres máquinas de cardio. Pongo cara de decepción, me subo media hora a correr en la cinta y fin de la historia.
Los hoteles de lujo ya ofertan servicios de entrenamiento personal y wellness a sus huéspedes para aportar un valor añadido a sus instalaciones
Y es que la mayoría de los gimnasios de los hoteles suelen tener dos o tres máquinas de cardio y poco más. Quizás un fitball y un par de mancuernas, pero no hay mucho más material con el que trabajar.
En los últimos años, sin embargo, las cadenas de hoteles de lujo están invirtiendo no solo en máquinas y accesorios adecuados para los entrenamientos, sino también en tener disponibles profesionales que se encuentren en la sala para guiar los entrenamientos e incluso profesionales dedicados al entrenamiento personal.
Esta es una tendencia al alza en los hoteles de lujo y que podría ser una buena manera para las cadenas hoteleras que no llegan a premium para ganar huéspedes y para dar un valor añadido a sus instalaciones.
En forma, también en vacaciones: el turismo deportivo está en alza
Por supuesto, entrenar en el gimnasio no es la única manera de mantenernos en forma mientras estamos de vacaciones: el turismo runner, como os decíamos hace poco, es una de las formas más divertidas de conocer una ciudad nueva. En la actualidad hay muchas empresas en diferentes ciudades que se dedican, o bien a organizar viajes deportivos, o bien a organizar rutas turísticas corriendo.
El turismo deportivo es una parte creciente dentro del negocio vacacional en nuestro país: además de aglutinar ya a un buen número de turistas extranjeros que viajan a nuestro país para practicar deporte (entre los más solicitados se encuentra el golf), también sirve para combatir la estacionalidad, ya que no es un tipo de turismo que se practique solamente en verano o en época de vacaciones, sino que puede extenderse durante todo el año.
El deporte, ya sea a través de los gimnasios de los hoteles o del turismo deportivo, puede ser un gran reclamo para que agencias y hoteles recuperen esa parte del pastel que han visto decrecer con la llegada de la economía colaborativa. Ahora solo hace falta tiempo para saber si son capaces de aprovechar esta oportunidad.
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