El entrenamiento en altitud o en altura es muy beneficioso para los atletas de élite, sobre todo para aquellos que practican deportes de resistencia. Esta práctica consiste en entrenar durante un período de tiempo limitado (unas tres semanas) a una cierta altura mayor de la habitual: a partir de 1500 metros sobre el nivel del mar ya es una altura moderada, y desde ahí se puede llegar hasta los 3000 metros de altitud.
Por norma general, este entrenamiento se realiza previo a una competición, ya que a una elevada altitud el aire contiene un volumen menor de oxígeno y se producen los estímulos necesarios para que el organismo del deportista produzca respuestas beneficiosas a corto plazo (aumento de la producción de glóbulos rojos y hemoglobina en la sangre, mejora de los mecanismos de ventilación) y una adaptación a largo plazo.
Lo más importante a la hora de entrenar en altitud es que se realice un período previo de preparación del organismo y una posterior readaptación, tanto física como psicológica. En las sesiones posteriores al entrenamiento en altitud el rendimiento del deportista sufrirá altibajos, descendiendo en los primeros días para mejorar en los siguientes.
Actualmente existen máscaras que simulan el entrenamiento en altitud y cámaras hipobáricas, gracias a las cuales se pueden obtener beneficios similares (aunque no iguales) sin la necesidad de viajar.
Algunos de los atletas de resistencia que entrenan en altitud son Chema Martínez, María Peralta (fondistas), Damián Blaum y Esther Núñez (nadadores de aguas abiertas).
Imagen | Thinkstock
En Vitónica | ¿Por qué Raúl duerme en una cámara hipobárica?
Ver 2 comentarios