Ya os hemos explicado cómo tenéis que prepararos físicamente en el caso de que tengáis pensado hacer el camino de Santiago andando o en bicicleta, las dos formas más comunes de hacerlo. Es una actividad dura, aunque muy agradecida, para la que necesitamos estar preparados de forma adecuada si queremos llegar hasta la ciudad del apóstol sin dolores o lesiones.
Una de las grandes dudas que nos surgen cuando nos preparamos para hacer el camino es qué tenemos que llevar con nosotros en la mochila. Para que no os dejéis nada importante en casa, os contamos cuáles son las cosas que no pueden faltar en la mochila del peregrino.
La ropa que no puede faltar en tu mochila del peregrino
Comencemos por lo básico: la ropa (al calzado le dedicaremos un artículo específico por ser el elemento de más importancia en nuestro camino a Santiago). Dentro de nuestra mochila se recomienda llevar, en lo que se refiere a ropa íntima, tres mudas de ropa interior y tres pares de calcetines. En ambos casos lo ideal es que la ropa interior no tenga costuras que puedan causarnos rozaduras o heridas durante el camino: mención especial para los calcetines, que deberemos colocarnos con esmero cada mañana para evitar que nos causen ampollas.
Apuesta por ropa sin costuras para evitar la aparición de rozaduras y ampollas
Con dos camisetas (igualmente, si son sin costuras y de tejido técnico para evacuar el sudor, mejor que mejor), dos pantalones (uno largo y uno corto) y una sudadera, tendremos completo nuestro kit de ropa para el camino de Santiago.
Chubasquero plegable
¿Qué accesorios de ropa no pueden faltarnos? Por un lado, el chubasquero, claro: aunque hagamos el camino en verano, sabemos que el clima en Galicia puede ser un poco traicionero, de modo que un chubasquero bien plegado en nuestra mochila nunca está de más (este, de Adidas, con malla transpirable y capucha, puede ser una buena opción por 35,00 euros).
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Chanclas
También unas chanclas de goma para poder ducharnos en las duchas de los albergues son un accesorio imprescindible (este modelo de Olaian, en Decathlon, es sencillo y barato: 3,99 euros en su web)
Chanclas playa
Toalla de microfibra
Una toalla de microfibra, es un imprescindible, ocupa muy poco espacio y se seca muy rápidamente (la más básica de Decathlon de cuerpo entero cuesta 6,99 euros en su web).
Toalla microfibra talla L
Una buena idea para que nuestra ropa no ocupe mucho espacio y se mantenga limpia y ordenada dentro de nuestra mochila es llevarla en bolsas medianas de zip: así, una vez doblada, queda bien compacta, y también pueden servirnos para guardar ropa sucia y que no se impregne el olor por toda la mochila.
Qué llevar en el neceser y botiquín al camino de Santiago
Antes de nada, hazte con un neceser de tamaño mediano que sea impermeable (los fabricados en plástico están bien) y que tenga un cierre seguro de cremallera para evitar que, en caso de que algún bote se abra, se desparrame todo por la mochila, manchando todo lo que haya dentro. Con respecto a los enseres de limpieza personal, no olvides el cepillo y la pasta de dientes, un bote pequeño de desodorante y una pastilla de jabón que sirva para piel y cabello (te permitirá ahorrar espacio y, lo que es más importante, peso). Si preferís llevar gel, en muchos supermercados y droguerías podéis encontrar botellas de tamaño de viaje, para evitar ir cargando con una botella enorme.
Importante: crema de protección solar para proteger tu piel, y vaselina para evitar las ampollas
Dentro del neceser es recomendable llevar también unas tijeras pequeñas o un cortauñas, unas pinzas de depilar para sacar alguna espina o astilla que podamos clavarnos durante la caminata, un bote de crema con protección solar (no olvidéis aplicarla sobre todo en escote, hombros, cara, nuca y parte superior de las orejas) y un tarrito o tubo de vaselina o Vicks Vaporub, útil para prevenir la aparición de rozaduras y ampollas.
Un pequeño botiquín es imprescindible en nuestra mochila: en él deberemos meter un desinfectante tipo Betadine, gasas y vendas, tiritas, analgésicos tipo paracetamol y agujas hipodérmicas e hilo (para pinchar y drenar las ampollas en caso de que aparezcan). Como complementos también podemos incluir repelente de mosquitos, crema hidratante o aftersun y lágrimas artificiales. Unos tapones para los oídos pueden ser útiles para dormir en los albergues.
Otras cosas que no pueden faltar en tu mochila
- Saco de dormir y esterilla: si alguna noche te toca dormir al aire libre, necesitarás tanto el saco como la esterilla. Si vas a hacer el camino en verano, busca un saco que sea ligero y fácil de transportar para que no moleste mucho durante la caminata: este de Quechua, fabricado en poliéster y algodón (47,99 euros en la web) es ligero y manejable. En cuanto a la esterilla, asegúrate de que es aislante.
Saco de dormir algodón 10 ºC confort transformable en edredón Arpenaz 10º
Funda de almohada: en los albergues las almohadas no suelen tener funda, así que lo mejor es llevar la nuestra propia. No pesa nada y te ahorrarás compartir almohada con un montón de gente que ha pasado antes por allí.
Móvil y cargador: y, si tienes, una batería externa. El móvil en estos días es un seguro de vida en caso de que nos perdamos o de que tengamos alguna emergencia. Cárgalo en los albergues y asegúrate de que cargas también la batería externa en caso de que la lleves.
Detergente y pinzas para la ropa: tampoco suele haber pinzas para la ropa en los albergues, así que podemos llevar unas cuantas en una bolsita para poder colgar la colada. En cuanto al detergente para la ropa, un trozo de pastilla de jabón tipo Lagarto es muy socorrida y no pesa ni ocupa mucho.
Linterna, mechero y pequeña navaja: sobre todo por seguridad. Lo más importante es la linterna, para usar en caso de que caiga la noche y nos haya pillado en el camino (aunque es poco habitual si lo hemos planeado todo bien): esta linterna con dinamo y cable de carga, cuesta 14,99 euros y puede sacarte de un apuro.
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- Documentación y credencial del peregrino: en una bolsita estanca, como las de zip, guarda toda tu documentación para evitar que se deteriore. Lleva contigo tu documento de identificación (DNI, tarjeta de residencia, pasaporte), alguna tarjeta bancaria, algo de dinero en efectivo y una hoja con los números de contacto en caso de emergencia. No olvides tu credencial de peregrino, que acreditará que has realizado el camino.
Imágenes | José Antonio Gil Martínez, Manuel m.v. en Flikr, Pixabay
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