Llega el mes de mayo (y no digamos ya los meses de verano) y en el gimnasio lo más normal es que te encuentres a un gran número de personas que generalmente sólo hacen entrenamiento con pesas subidos en las cintas de correr. Es cierto que una sesión no muy larga de entrenamiento cardiovascular tras nuestra rutina de fuerza puede beneficiarnos en la quema de grasas, pero no nos quedemos sólo ahí.
Lo que nos hace bajar de peso, independientemente del entrenamiento que realicemos, es la dieta: eso debemos tenerlo claro. Sin una dieta hipocalórica tanto el entrenamiento de fuerza como el cardiovascular carecen de sentido a la hora de perder peso. ¿Tan poco nos gusta el cardio que sólo nos acordamos de él a la hora de definir? ¿Acaso no tiene otros beneficios más importantes?
Los beneficios del entrenamiento cardiovascular
Como dice su propio nombre, el ejercicio cardiovascular es un tipo de entrenamiento con el que mejoramos el funcionamiento de nuestro corazón, además de nuestra capacidad pulmonar. Corazón y pulmones: se me ocurren pocas partes de nuestro cuerpo más importantes que éstas. Razón suficiente para cuidarlas cuanto más, mejor.
Al mejorar la función del corazón el entrenamiento cardiovascular nos protege frente a ciertas patologías como la hipertensión, la diabetes, mejora el flujo sanguíneo y facilita la digestión, reduce los niveles de colesterol... Y para aquellos que tienen miedo de catabolizar al hacer cardio, el entrenamiento cardiovascular con intervalos (no necesariamente HIIT) incrementa la secreción de hormona del crecimiento, y no es tan fácil perder músculo al entrenar cardio.
Otra cosa que añadiría es que el cardio nos hace más funcionales. Un ejemplo: no sé cuántas veces en mi vida tendré que tirar de una cuerda que pese más de 20 kilos, como se hace en la extensión de tríceps desde polea alta. Pero sí sé que muchas veces me tocará pegarme una buena carrera para no perder el autobús, y no quiero ahogarme por el camino. Quiero poder hacer ambas cosas, no tengo por qué elegir hacer sólo una de ellas.
Combina cardio y fuerza todo el año
Por todas estas razones debemos abrir la mente y ver el entrenamiento cardiovascular como algo más que un método para la pérdida de peso (que, por sí solo, no es el método más indicado para ello), sino como un tipo de entrenamiento con numerosos beneficios para nuestra salud. Entrenar cardio todo el año, y no sólo en época de definición, nos traerá más beneficios que complicaciones.
La combinación de distintas disciplinas, entre ellas el entrenamiento de fuerza y el cardiovascular, nos va a dar la clave para estar en forma, que al fin y al cabo es de lo que se trata esto del fitness.
Imagen | Thinkstock
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