El gimnasio es algo muy positivo para nuestra salud, ya que el entrenamiento de fuerza puede proporcionarnos beneficios tanto a nivel psicológico como fisiológico.
Por ello, si acabas de empezar en el gimnasio es conveniente que tengas en cuenta esta serie de consejos, de modo que puedas sacarle todo el partido al deporte.
Intenta disfrutar mientras entrenas
Hay muchos tipos distintos de entrenamientos que son capaces de ayudarte a mejorar físicamente, pero lo ideal sería que entrenases como más disfrutes, ya que esta adherencia será lo que te ayudará a mantener este hábito en el largo plazo.
Trata de controlar la fatiga
No necesitas machacarte hasta el agotamiento en cada entrenamiento, y mucho menos si acabas de empezar.
De hecho, lo ideal para progresar será que trates de controlar la fatiga en todo momento, dejando entre una y tres repeticiones en recámara y limitando a unas diez series semanales el trabajo de cada grupo muscular.
Establece metas realistas
Ten en cuenta que muchos físicos en redes sociales han pasado por chapa y pintura y seguramente ni siquiera sean alcanzables de manera natural, así que no te compares con nadie más y trata de mejorar poco a poco con metas realistas en mente.
No te fíes de todo lo que te digan
Cuando intenten convencerte de algo, busca con la misma insistencia argumentos que vayan tanto a favor como en contra, porque existe una gran cantidad de mitos y desinformación que solo puede provocar que empeore tu progreso.
Los suplementos son solo suplementos
Hay suplementos relativamente útiles, pero son muy pocos ya que lo cierto es que la mayoría de ellos no funciona, o no funciona como prometen hacerlo.
Por eso, ten en cuenta que aunque estos pueden ayudarte, lo ideal será que te centres en el entrenamiento, el descanso y la alimentación.
No comprometas la técnica
No tiene sentido arriesgarte a sufrir una lesión por levantar un poco más de peso, así que trata de que tu técnica sea siempre lo más estricta posible.
Solo de esta manera conseguirás concentrar bien el estímulo y progresar correctamente, además de que evitarás daños innecesarios.
No cambies tu entrenamiento continuamente
La idea de cambiar de entrenamiento cada dos por tres puede ser muy atractiva ya que esto en principio puede permitirnos hacer una gran cantidad de ejercicios, pero esto tiene una desventaja muy importante.
Cada rutina o entrenamiento requiere un tiempo de adaptación hasta que consigamos los mejores resultados que puede proporcionarnos, así que, si cambiamos continuamente de entrenamiento no estaremos exprimiéndolos al máximo.
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