La práctica de Yoga es una actividad física que ofrece numerosos beneficios para nuestra salud, nuestro cuerpo y nuestro bienestar emocional. Sin embargo, cuando nos planteamos comenzar a practicarlo, nos encontramos con que existen diferentes variedades y podemos no saber por dónde empezar.
Una de las variedades que con más fuerza están sonando durante los últimos años es el Bikram Yoga. Y es que, la idea de practicar Yoga en una sala a 42 grados llama mucho la atención. Sin embargo, antes de decidirnos por esta modalidad, es importante que tengamos toda la información.
En qué consiste el Bikram Yoga
El principal elemento diferenciador y que define el Bikram Yoga es que se practica en temperaturas altas. Tanto es así que las salas es las que se realiza esta modalidad de Yoga pueden llegar a alcanzar los 42 grados de temperatura y el 40% de humedad.
La idea es estas clases es trabajar, en unos 90 minutos, con 26 asanas de los 84 del Hatha Yoga, cuyo fin concreto es estirar músculos, ligamentos y tendones. En teoría, el hecho de practicar estos asanas en una temperatura alta resulta más beneficioso porque en calor los músculos estarían más laxos, generando una mayor flexibilidad.
Otro de los beneficios que se suele atribuir a esta práctica es que se favorece la circulación sanguínea, así como la concentración y una mejora de nuestra respiración. Eso sí, lo que no se consigue es una mayor desintoxicación de nuestro organismo aunque sudemos - nuestro cuerpo no elimina toxinas por medio del sudor - ni una mayor pérdida de grasa o peso.
No hay evidencias de que tenga más beneficios que el Yoga normal
Antes de lanzarnos a probar esta modalidad, debemos tener en cuenta los motivos por los que lo hacemos. Y es que, actualmente, no existen evidencias claras de que el Bikram Yoga tenga beneficios diferentes a los que otras clases de Yoga sin calor puedan aportarnos.
En enero de 2018 la revista The Physiological Sociaty publicó una investigación en la que se analizaban los beneficios del Bikram Yoga y las causas de estos beneficios. La intención no era únicamente saber si esta modalidad tenía beneficios diferentes a otras prácticas de Yoga, sino saber si estos beneficios se debían al calor o no.
Lo que encontraron fue que los beneficios aportados por el Bikram Yoga se debían a al tipo de práctica de los diferentes asanas y no a la temperatura de la sala. Es decir, podríamos obtener los mismos beneficios con la realización de los mismos asanas sin necesidad de hacerlo en la sala con calor.
Tener en cuenta nuestra situación personal y salud para evitar riesgos
Una de las cosas que debemos tener en cuenta antes de iniciarnos en la práctica de Bikram Yoga es que puede suponer más riesgos que otras prácticas de Yoga. Y es que, el hecho de enfrentarnos a una temperatura elevada no viene sin riesgo asociados.
Para la mayoría de nosotros, si tenemos un estado de salud adecuado, no habrá peligro. En cualquier caso, deberemos vigilar de cerca nuestros niveles de hidratación ya que podemos correr el riesgo de deshidratarnos al perder mucho sudor. Mantener una botella de agua cerca y beber de manera habitual durante la clase es importante.
Además, debemos tener en cuenta que la práctica de Bikram Yoga eleva nuestra temperatura corporal y nuestra frecuencia cardíaca. Es por ello que lo más recomendable es que iniciemos con sesiones más cortas, de manera que nos vayamos adaptando poco a poco a este tipo de clases. Por otro lado, descansaremos siempre que sintamos que necesitemos hacerlo y retirarnos a un ambiente más frío si nos mareamos, sentimos debilidad, etc.
Evitar la práctica de Bikram Yoga en mujeres embarazadas o adultos mayores
Por los riesgos añadidos que el Bikram Yoga supone, su práctica no está recomendada en el caso de mujeres que estén embarazadas o en periodo de lactancia. Los adultos mayores también presentarían un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor durante una de estas clases. Es por ello que se trata de una práctica contraindicada para estas personas.
Además, algunas patologías, especialmente las respiratorias o cardiovasculares, pueden estar también contraindicadas para esta modalidad de Yoga. Tampoco deberían practicarlo las personas menores de 14 años ya que su función de control térmico no está completamente desarrollado.
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Imágenes | iStock, Vitónica
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