En anteriores ocasiones os hemos presentado de forma individual algunas de las posturas de Yoga con las claves para realizarlas de forma perfecta: hemos repasado, por ejemplo, la pose del árbol o la del perro boca abajo. Hoy nos centramos en otra de las asanas más populares en las sesiones de Yoga: trikonasana o la pose del triángulo.
La postura del triángulo en Yoga tiene multitud de beneficios para nuestro organismo: nos ayuda a fortalecer tanto los brazos, que mantienen su musculatura activa durante todo el movimiento, como las piernas que aguantan el peso del cuerpo y la musculatura de la zona media, que se elonga y se estira en esta postura. También nos ayuda a trabajar nuestro equilibrio, flexibilidad y coordinación.
Veamos cómo realizar paso a paso la postura del triángulo y también las variantes del triángulo invertido y del triángulo extendido.
La postura del triángulo paso a paso
Para realizar la postura del triángulo nos colocamos de pie sobre nuestra colchoneta. Damos un paso largo con a pierna derecha hacia el lado, de modo que nuestras piernas quedan muy separadas entre sí y la zona de los aductores (la parte interior de los muslos) se estira. Rotamos el pie derecho para que los dedos apunten hacia el lado mientras que el izquierdo mira hacia el frente.
Desde ahí, abrimos los brazos en cruz, activando la musculatura de los mismos, elongándonos: podemos imaginar que tenemos un hilo que va desde la mano derecha hasta la izquierda y del que tiran desde fuera hacia los dos lados. Nos inclinamos lateralmente hacia la derecha (la pierna con la que hemos dado el paso grande hacia el lado) manteniendo los brazos en cruz, y bajamos tanto como podamos: podemos apoyarnos en la pierna o en el pie. La cabeza mira siempre hacia arriba.
Es posible que al principio no podamos bajar mucho y solo podamos apoyarnos en la pierna, sin llegar a tocar el pie: no pasa nada, es siempre cuestión de práctica y de paciencia.
Las variantes del triángulo extendido y del triángulo invertido
Dentro de la postura del triángulo o trikonasana existen distintas variaciones. Nosotros hoy nos fijaremos en dos de ellas: la pose del triángulo extendido y la del triángulo invertido.
En el caso del triángulo extendido, la mecánica es muy similar a la pose del triángulo normal o estándar. La diferencia entre ellas es que en el caso del triángulo extendido la pierna con la que hemos dado el paso hacia el lateral debe mantenerse totalmente estirada y además bajamos con nuestro brazo hasta tocar el pie.
Cuando hablamos del triángulo invertido, la cosa cambia un poco ya que incluimos una torsión al inclinarnos hacia el lado contrario. Si hemos desplazado el pie derecho, tendremos que inclinarnos hacia ese lado, pero con el brazo izquierdo hacia abajo: así la rotación nos ayuda a estirar mucho más los músculos de la espalda. La mano izquierda, para mantener una posición perfecta, debería tocar la colchoneta por la parte externa de nuestro pie.
En este caso, además, el pie de la pierna de atrás (la que se queda inmóvil) mira también ligeramente hacia el lado. Es un pose bastante más complicada que el triángulo normal y exige una mayor flexibilidad.
Ahora que conocéis las poses ya podéis incluirlas en vuestras rutinas de Yoga, ¿las habéis probado ya?
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