Hace ya un par de meses Fitbit lanzaba tres nuevos wearables dedicados a la salud: por un lado el Fitbit Versa 3, que ahora incluye GPS en esta nueva versión, por otro la pulsera Fitbit Inspire 2, con una mayor batería. Y, por último, la gran novedad de la marca: el nuevo Fitbit Sense, orientado a darnos una información completa sobre nuestra salud y nuestro estado de forma, con nuevas mediciones como la del estrés.
Hemos podido probar el nuevo Fitbit Sense durante las últimas semanas, tanto en nuestro día a día como en nuestros entrenamientos, y os contamos qué tal nos ha ido con el nuevo smartwatch de la casa americana.
Fitbit Sense: características técnicas
Los primeros cambios en este nuevo Fitbit Sense los vemos ya en la pantalla del reloj: el diseño cuadrado con las esquinas redondeadas, que ya identifica a la marca, se mantiene. Pero pierde el clásico botón lateral que podíamos ver en modelos anteriores para traernos una pantalla sensible a la presión, más cómoda e intuitiva. Para hacer uso de este "botón integrado" tendremos que apretar la pantalla por ambos lados.
Rodeando la pantalla podemos ver también que monta un fino marco de metal. Este, además de una función estética, interviene en la nueva función de escáner EDA, con la que podemos medir la actividad electrodérmica y la respuesta de nuestro cuerpo al estrés.
La pantalla del nuevo Fitbit Sense es táctil y a todo color, con posibilidad de mantenerla siempre encendida o de encenderla automáticamente con el giro de la muñeca.
Si hablamos de sensores, el Fitbit Sense cuenta con lector óptico de pulso integrado en la muñeca, los ya clásicos giroscopio, altímetro y acelerómetro de tres ejes para detectar nuestro movimiento. Además, cuenta con un sensor de temperatura cutánea que mide nuestra temperatura mientras dormimos.
En cuanto a la conectividad, el nuevo Sense puede conectarse a la red Wifi cuando esté disponible y cuenta con conexión GPS, especialmente útil para los entrenamientos al aire libre. Tiene sensor NFC para poder realizar pagos desde la muñeca y conexión bluetooth para conectarlo con nuestro teléfono móvil. Es sumergible hasta los 50 metros.
También cuenta con micrófono y altavoz, con los que podremos interactuar con Alexa gracias a su aplicación nativa.
Por fin (¡por fin!) este nuevo modelo de Fitbit se ha despedido del clásico cargador de pinza para optar por un cargador magnético, mucho más cómodo, discreto y elegante. Sus cuatro imanes se ajustan a la trasera del reloj y cargan el Fitbit Sense a completo en dos horas escasas.
La autonomía del nuevo Fitbit Sense es de aproximadamente seis días, incluyendo una sesión de entrenamiento de 30 minutos diaria, y sin tener la opción de "pantalla siempre activa" encendida (con esta opción encendida -poco útil, pues solamente se nos muestra la hora en formato digital o analógico- la duración baja a unos dos días aproximadamente.)
El nuevo Fitbit Sense está disponible en color negro carbón y blanco marfil, con correas intercambiables, y tiene un precio de 329,95 euros en su web.
Fitbit Sense - Smartwatch avanzado de salud con herramientas avanzadas de la salud del corazón, gestión del estrés y tendencias de temperatura cutánea, Acero inoxidable grafito, con Alexa integrada
Fitbit Sense en el día a día: salud en 360º
El nuevo Fitbit Sense nos ofrece una monitorización completa de nuestro estilo de vida, tanto de día como de noche. A través de sus diferentes sensores es capaz de cuantificar tanto nuestra actividad física diaria (incluyendo también nuestros entrenamientos), como la calidad de nuestro descanso, así como la gestión del estrés dándonos así una visión de la vida saludable en 360 grados.
Comenzamos por lo más básico: la monitorización de la actividad física diaria. A este respecto, Fitbit Sense nos ofrece estadísticas de número de pasos dados, kilómetros recorridos, calorías consumidas, plantas subidas y minutos en zona activa (esta última información la ampliaremos al hablar del entrenamiento).
Además de esto, que son los datos básicos que nos suelen dar los relojes inteligentes, también disponemos de otras medidas más específicas y que pueden darnos más datos sobre nuestro estado de salud general: entre ellas encontramos la medición continua del pulso a través de sus sensores LED y la medición de la frecuencia cardíaca en reposo. Esta medición es importante ya que una frecuencia cardíaca en reposo alta está ligada a un mayor riesgo de fallecimiento, y cuanto más alta sea esta, mayor es el riesgo; la buena noticia es que podemos controlarla y reducirla con un estilo de vida saludable.
La gestión del estrés como uno de los puntos fuertes de un estilo de vida saludable
Una de las novedades que incorpora el Fitbit Sense son las nuevas herramientas para la gestión diaria del estrés. La situación de pandemia y posterior confinamiento y desescalada que hemos vivido ha facilitado la aparición del estrés y de la ansiedad en muchas personas, y no es fácil lidiar con ellos. La recomendación general siempre va a ser la de acudir a un profesional que pueda tratar nuestro caso de forma personal, pero este tipo de dispositivos pueden ayudarnos tanto a identificar los episodios de estrés como a intentar controlarlos de la mejor forma posible en nuestro día a día.
Para medir nuestros niveles de estrés, el nuevo Fitbit Sense incorpora un escáner EDA o de actividad electrodérmica. Para medir nuestro grado de estrés en cualquier momento lo único que tenemos que hacer es seleccionar la app nativa en nuestro reloj y colocar la palma de la mano sobre la pantalla, de modo que nuestra piel quede en contacto con el marco metálico del reloj.
En pocos minutos el reloj realizará un análisis de nuestra actividad electrodérmica, también conocida como respuesta galvánica de la piel, y nos ofrecerá una puntuación de nuestro nivel de estrés en ese momento. Esto se consigue gracias a que estas variaciones de actividad electrodérmica se asocian a cambios cognitivos y emocionales producidos en la persona.
Ojo, porque cuanto más alto sea la puntuación que nos devuelve el reloj (en una escala de 0 a 100), esto querrá decir que estamos lidiando mejor con el estrés en ese momento. Además de la puntuación total, el Fitbit Sense también nos ofrece otras puntuaciones secundarias que influyen en esta: nuestra capacidad de respuesta (cómo respondemos ante el estrés, que se ve influenciado por nuestro ritmo cardíaco en reposo y dormidos, y por la EDA de la piel), el equilibrio de esfuerzo (cuánta actividad física hemos realizado -cuidado porque un exceso es igual de importante que un defecto de la misma-) y los patrones de sueño (un sueño de mala calidad puede afectarnos de forma negativa a la hora de controlar el estrés).
Además de darnos esta información, Fitbit Sense nos ofrece también herramientas para mejorar el control del estrés. Las más interesantes, claro, son las sesiones de respiraciones guiadas que podemos realizar desde nuestro propio reloj. Solamente tendremos que abrir la aplicación en el reloj y seleccionar el tipo de sesión que queremos hacer: podemos realizar sesiones de respiración guiada de entre 1 y 10 minutos.
Durante estas sesiones de respiración guiadas, en la pantalla de nuestro Fitbit Sense aparece un dibujo que moviéndose nos indica cuándo y durante cuánto tiempo tenemos que inspirar y cuándo y durante cuánto tiempo tenemos que soltar el aire. Además, en estas sesiones se nos indicará también cómo ha cambiado nuestra frecuencia cardíaca desde el inicio de la misma hasta el final, con un gráfico que podemos ver en la app de Fitbit en nuestro teléfono.
Desde la app de Fitbit, algunas en la parte Premium, podemos acceder a sesiones de relajación con diferentes sonidos que nos ayudarán a calmarnos. Podemos encontrar desde música relajante hasta sonidos de lluvia para ayudarnos a dormir.
Salud de día y de noche: lo novedoso de medir tu temperatura mientras duermes
Desde hace años, Fitbit ha destacado por su sistema de monitorización del sueño, uno de los más completos a los que podemos acceder ahora mismo. Solo necesitaremos llevar nuestro reloj mientras dormimos (es bastante cómodo y no molesta cuando estamos en la cama), y al despertar podremos ver nuestras estadísticas del sueño en cuanto a calidad y cantidad del mismo.
A través de la app podemos monitorizar las distintas fases del sueño (REM, ligero y profundo) y el tiempo que pasamos despiertos durante la noche. Más interesante aun es poder comparar esos datos con la media de 30 días para ver cómo evolucionamos o ver una comparativa con las personas de nuestro mismo sexo y misma edad, para comprobar dónde nos encontramos dentro de esa media.
Disponemos también de una puntuación del sueño basada en nuestro ritmo cardíaco (que sigue midiéndose durante la noche), el tiempo que pasamos despiertos o inquietos y la duración de las distintas fases del sueño. Ese tiempo que pasamos "inquietos" se mide a través de la variación estimada de oxígeno cada noche; es decir, a través de los cambios de la saturación de oxígeno en sangre.
A todas estas mediciones se suma ahora una más: la variación de la temperatura de nuestro cuerpo a lo largo de la noche. El nuevo Fitbit Sense mide la temperatura cutánea (en la superficie de la piel) mientras estamos durmiendo y nos ofrece una gráfica en la que podemos ver las variaciones de una noche a otra.
Esta nueva característica no está diseñada para fines médicos, pero sí puede sernos de ayuda para detectar posibles anomalías en nuestro descanso. En mi caso personal, mi temperatura cutánea por la noche no ha variado nunca más de un grado por encima o por debajo de mi temperatura normal, algo perfectamente válido ya que el cuerpo se autorregula.
Electrocardiograma integrado en la muñeca: la última actualización de Fitbit Sense
A principios de este mes llegó a España la actualización de Fitbit Sense que nos permite realizar electrocardiogramas desde nuestra propia muñeca. Esta función, similar a la que ya conocíamos en los Apple Watch y como aquella, no pretende ser un método de diagnóstico, sino más bien una manera de llevar un control y de mantenernos informados sobre nuestra salud.
La app de electrocardiograma se descarga de forma automática al conectar nuestro reloj al teléfono móvil, y su funcionamiento es sumamente sencillo. Una vez abierta la app, y después de leer unos mensajes informativos, solamente tendremos que colocar nuestros dedos índice y pulgar sobre las esquinas superior derecha e inferior izquierda respectivamente, y esperar 30 segundos sin mover los brazos para que el Fitbit Sense pueda realizar la lectura.
Tras haber transcurrido esos 30 segundos, en la misma esfera del reloj podremos ver el resultado de nuestro electrocardiograma que puede mostrarnos un ritmo sinusal (ritmo normal, el más habitual), una fibrilación auricular (ritmo cardíaco irregular, tendremos que consultar a nuestro médico) o un resultado no concluyente (algo ha salido mal y tendremos que repetirlo).
Inmediatamente después, nuestro Fitbit Sense envía el resultado de nuestro electrocardiograma a la app, y desde la app de Fitbit podremos descargar un documento en PDF de la prueba. Insistimos en que no se trata de un método de diagnóstico, sino de una manera de que nosotros mismos podamos llevar un cierto control.
En forma con el Fitbit Sense: monitoriza todos tus entrenamientos
Dentro de la esfera de la salud no podemos olvidarnos del ejercicio físico ni de la nutrición que, junto con el descanso, forman las tres ruedas de ese triciclo que es la vida saludable.
En cuanto al entrenamiento, el nuevo Fitbit Sense mantiene las funciones que ya conocíamos de modelos anteriores: nos permite monitorizar hasta 19 tipos de deporte entre los que podemos encontrar algunos tan genéricos como "entrenar" y otros tan específicos como "golf", así que si eres un deportista amateur podrás registrar prácticamente todo lo que hagas.
A la hora de registrar actividades al aire libre, como por ejemplo correr, el Fitbit Sense tiene la ventaja de contar con GPS integrado en la muñeca. Comparado con otros smartwatch similares, apenas registra una diferencia de un par de metros por kilómetro. Donde sí parece que difiere algo más es en el registro del pulso durante la actividad deportiva, con registros algo por debajo de sus competidores. En cualquier caso, al no tratarse de un reloj deportivo per sé, como pueden ser un Garmin, Polar o Suunto, sino de un smartwatch dedicado a la salud, estas métricas, aun sin ser del todo exactas, pueden servirnos para llevar un control de nuestro progreso.
Durante el ejercicio podemos ver distintas métricas en la pantalla de nuestro Fitbit Sense, como por ejemplo distancia, pasos, calorías quemadas o frecuencia cardíaca. Podemos pasar de una a otra métrica solo con pulsar la pantalla del reloj: es cómodo, pero quizás sería más útil poder ver distintas métricas a la vez en la misma pantalla.
Al final del entrenamiento sí se nos ofrece un resumen bastante completo de nuestra actividad, tanto en la misma esfera del reloj como en la aplicación de Fitbit en nuestro teléfono. En ella podremos ver la ruta que hemos seguido, la velocidad por vueltas (siempre de 1 kilómetro, y el reloj no permite registrar vueltas de forma manual), la elevación y desnivel de nuestra ruta, la velocidad media y pulsaciones medias y máximas.
Quizás la parte más interesante del entrenamiento sea la posibilidad de ver, a posteriori, en qué zonas de frecuencia cardíaca nos hemos encontrado durante el ejercicio (podemos modificar nosotros nuestras zonas cardíacas o zonas de entrenamiento, o podemos hacer que el reloj lo haga por nosotros). Además, también tendremos acceso a un mapa de "zonas del ritmo cardíaco" en el que podremos ver en qué tramos del recorrido hemos subido más las pulsaciones.
Minutos en zona activa: los pasos ya no son tan importantes
Otra de las innovaciones de Fitbit, que podemos encontrar también en modelos anteriores sin ser exclusiva del Fitbit Sense, son los "minutos en zona activa". Se trata de una manera diferente de monitorizar nuestra actividad física y de animarnos a ser menos sedentarios.
Hasta ahora, el número de pasos diarios ha sido la constante a la hora de evaluar si somos personas activas o sedentarias: como mínimo deberíamos llegar a los 10.000 pasos al día para considerarnos activos (aunque este número sea puramente circunstancial y responda a una antigua campaña de marketing). Pero ¿qué pasa en momentos como en el confinamiento en el que muchos días no hemos podido salir de casa? Podíamos estar todo el día en casa y, aun así, seguir manteniéndonos activos a través del entrenamiento, ¿o no?
Los "minutos en zona activa" de Fitbit responden a esa necesidad de medir nuestra actividad física diaria de una manera diferente: a través de nuestras pulsaciones. El reloj establecerá cuáles son nuestras zonas de pulsaciones o zonas de entrenamiento en relación a nuestro estado de forma. Cada vez que pasemos un minuto en la zona de "quema de grasas", este se convertirá en un minuto en zona activa para nosotros. Por su parte, cada minuto que pasemos en la "zona cardio" o en la "zona pico" (más altas que la anterior) contará como 2 minutos en zona activa para nosotros.
Así, el objetivo no es ya solo completar esos 10.000 pasos diarios, que se mantiene, sino llegar a completar los 150 minutos activos semanales que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Un pequeño reto más para sumar a nuestro día a día.
Fitbit Coach y el entrenamiento guiado
Si somos usuarios de Fitbit Premium (y disponemos de seis meses gratuitos para ello con la compra de Fitbit Sense) podemos acceder a Fitbit Coach: una suerte de entrenador personal que nos guiará en diferentes sesiones de entrenamiento de diferentes disciplinas. Esta característica es interesante sobre todo para personas que no hayan entrenado nunca y que necesiten de una guía para poder comenzar.
Para empezar, solamente tendremos que acceder a la app Coach en nuestro reloj y seleccionar el tipo de entrenamiento que queremos hacer. El entrenamiento comenzará enseñándonos un pequeño vídeo del ejercicio que tenemos que realizar en la misma pantalla de nuestro Fitbit Sense, para dar paso después a un cronómetro con el tiempo durante el que debemos realizar el ejercicio (también vemos en esa misma pantalla nuestra frecuencia cardíaca). Cuando nos toque cambiar de ejercicio, el Sense emitirá una alarma de vibración para avisarnos.
Desde la zona de Fitbit Coach en la aplicación de Fitbit podemos acceder a distintos entrenamientos de fitness y a planes guiados de carrera (en inglés, eso sí) con los que podremos comenzar a entrenar desde el primer día.
Otras aplicaciones para la vida diaria en Fitbit Sense
Más allá de la salud, Fitbit Sense mantiene la aplicaciones de modelos anteriores que podemos utilizar en nuestro día a día. Recibe, en caso de que le demos ese permiso, notificaciones de las diferentes aplicaciones de nuestro teléfono, y nos informa también de llamadas entrantes. Podemos interactuar con algunas de estas aplicaciones, como por ejemplo los mensajes de texto, pero tendremos que recurrir al teléfono para usar otras como Whatsapp (sí recibimos las notificaciones en la muñeca pero no podemos contestarlas desde allí).
Si hablamos de música, podemos utilizar tanto Spotify como Deezer a través de nuestro Fitbit Sense, siempre que dispongamos de una suscripción de pago de estas aplicaciones. Podemos conectar unos auriculares bluetooth a nuestro reloj para escuchar música sin necesidad de descargarla.
La integración con Alexa es otra de las novedades que hemos visto en los dispositivos Fitbit en los últimos años. Gracias al micrófono integrado del Fitbit sense podemos "invocar" a Alexa desde nuestra muñeca y recibir ahí mismo su respuesta; eso sí, en formato texto. Así mismo, también podemos "invocar" al asistente de Google con nuestra propia voz.
Otras funciones como la agenda, las alarmas, la información del tiempo o los pagos desde la muñeca, que habíamos visto en modelos anteriores, se mantienen también en el Fitbit Sense.
Fitbit Sense, la opinión de Vitónica
Su nuevo diseño, más elegante y "ponible" para el día a día, y sus nuevas funciones relacionadas con la salud, como la gestión del estrés y el electrocardiograma, hacen del nuevo Fitbit Sense un wearable muy interesante para aquellas personas que quieran tener una visión completa de su estado físico, con datos y gráficas que nos invitan a cumplir nuevos retos y a ir mejorando día a día.
En el apartado de "mejoras que podrían llegar en nuevos modelos", nos encantaría ver una mayor interacción entre reloj y usuario en la parte de gestión del estrés: es una idea muy buena pero a la que se saca poco partido. Además de darnos una puntuación de nuestro estrés en ese momento, nos gustaría saber cómo podemos mejorarlo quizás sugiriéndonos diferentes ejercicios o sesiones de meditación desde el mismo reloj. De otro modo, es información importante que queda desaprovechada, ocurriendo lo mismo con otras funciones, como por ejemplo la frecuencia cardíaca en reposo o la temperatura mientras dormimos. La información está ahí, pero se podría sacar mucho más partido.
En el espacio dedicado al entrenamiento, y teniendo siempre en cuenta que no nos encontramos frente a un reloj deportivo, el Fitbit Sense es correcto para deportistas amateur que quieran saber un poco más sobre sus entrenamientos diarios. No podemos marcar laps o diseñar entrenamientos desde la app o desde el reloj, pero esto son funciones que le demandamos a un reloj deportivo per sé, no a uno orientado a la salud. De este modo, el nuevo Fitbit Sense está más orientado a personas que buscan integrar la práctica deportiva en su vida diaria por salud o por puro placer, en lugar de a deportistas que buscan mejorar su rendimiento.
A primera vista, lo que más nos ha gustado ha sido ese nuevo diseño y el hecho de haber perdido (por fin) el cargador con forma de pinza para pasar al cargador magnético, mucho más cómodo y elegante. Analizándolo más profundamente, las métricas del sueño siguen siendo nuestra parte favorita de Fitbit, y la incorporación del electrocardiograma promete para sacarle más partido en próximos modelos.
Fitbit Sense - Smartwatch avanzado de salud con herramientas avanzadas de la salud del corazón, gestión del estrés y tendencias de temperatura cutánea, Acero inoxidable grafito, con Alexa integrada