La grasa es una forma eficiente que tiene el organismo de guardar energía. Lo hace en células llamadas adipocitos, cuya acumulación forma el tejido adiposo. Como todos sabemos, un exceso de este tejido nos va a traer problemas de salud, sobre todo con las llamadas enfermedades metabólicas. Cuando nuestro organismo decide almacenar grasa, tiene varias formas y varios sitios donde hacerlo, veamos dónde y cómo almacena la grasa nuestro cuerpo.
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Grasa subcutánea: son los conocidos “michelines”. Es la grasa que se va a acumular debajo de nuestra piel y la que normalmente perdemos con más facilidad cuando hacemos ejercicio. Según la genética y nuestra hormonas, la grasa se puede acumular más en unas zonas que en otras. En los hombres por ejemplo tenderemos a almacenar más en la barriga y torso, mientras que en las mujeres esta grasa subcutánea es más proclive a centrarse en caderas y muslos.
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Grasa visceral: esta grasa ya está más interiorizada en nuestro organismo. Se localiza alrededor de los órganos, algo que va a suponer un peligro si está en exceso. Normalmente un exceso de grasa visceral va precedido de un exceso de grasa subcutánea, de ahí la importancia en nuestra salud de evitar desarrollar una barriga prominente.
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Grasa intramuscular: es muy poca la grasa que se va a depositar entre las fibras musculares. Normalmente no se suele hablar de esta localización de grasa porque su cantidad es muy inferior en comparación con las otras dos. Es en personas obesas donde se empieza a apreciar un mayor almacén de grasa en músculo, algo que por otro lado puede contribuir a hacernos resistentes a la insulina, causa de diabetes.
Si nuestros niveles de grasa son considerados dentro de la normalidad, habrá un equilibrio en la distribución de grasa. En el momento en que los niveles de grasa aumentan, serán nuestra genética y estado hormonal los que decidan dónde almacenar esa grasa. La testosterona del hombre suele hacer que se almacene en barriga y torso y los estrógenos de la mujer en caderas y muslos, de ahí la famosa forma de manzana y pera en hombre y mujer respectivamente.
El problema es que al sobrecargar los almacenes de grasa, se entorpecen muchos procesos metabólicos, comenzando a aumentar el riesgo de sufrir diabetes, dislipemias o hipertensión. No hay nada como el ejercicio y la buena alimentación para mantener nuestro reparto graso a raya.
Imagen | Virginia Zuluaga
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cabito
Muy bueno Juan. Me imagino que ya sabrás lo difícil que es convencer a una persona delgada de que por estar delgada no pueden comer lo que les de la gana, y que tan importante es la cantidad de grasa como la calidad de la grasa y que cuando hablamos de alimentación sana no hablamos de alimentación para no engordar. Me da mucha rabia ver a la gente delgadisima, que parecen la radiografía de un suspiro, pasándole por el morro a todo el mundo que pueden comer toda la basura que quieran porque no engordan. A mi me parece que hay que ser muy cenutrio para saber que estás comiendo basura y "fardar de ello", je,je,je ¿dónde se creerán que va la grasa que comen aunque no se vea??.
nosolopc
El metabolismo puede cambiar de la noche al día, y aquellos que presumen de comer como una pupa viva y no engordar... habrá que verlos dentros de unos años a ver cómo están.
20765
es una tarea diaria si haces dieta y no haces ejercicio no te mantienes en formaes cierto y al reves lo mismo. Buena informacion http://www.comomania.com/actividades