Las patatas son una fuente importante de hidratos de carbono para el organismo, y es que su alto poder energético las convierte en un alimento indispensable en nuestra dieta. A pesar de esto muchas personas las han desterrado de su alimentación debido a la mala fama que se han creado de alimentos con alto contenido calórico y enemigos de la línea. Es importante que tengamos claro que este punto dependerá de la forma en la que preparemos las patatas, por ello vamos a ver las formas más habituales para que determinéis cuál es la más saludable.
Durante mucho tiempo la patata ha sido el alimento base de muchas culturas, de hecho en países como Irlanda fue la que ayudó a la población a pasar las hambrunas que asolaron su territorio. Por este motivo no podemos pasar por alto las bondades nutricionales de este alimento lleno de energía para poder hacer frente a la actividad cotidiana.
A la hora de comer patatas tiene mucho que ver la forma de prepararlas, pues ésta determinará enormemente el aporte calórico de las mismas. Por ello es necesario que detectemos la que más nos conviene.
Freír las patatas
Es la forma más conocida y popular de prepararlas. Para realizar esto simplemente debemos pelarlas, cortarlas en tiras o en rodajas y ponerlas a freír en aceite. Entre las diferentes posibilidades que tenemos a nuestro alcance debemos optar por el aceite de oliva o el de girasol, y deben ser fritas sumergidas por completo. Esta es una forma muy sabrosa de comer patatas, pero ¿será sana?
Cocer las patatas
Para cocer las patatas no es necesario pelarlas, simplemente servirá con limpiar la piel y sumergirlas en agua hirviendo para que se hagan. Para saber si están cocinadas simplemente bastará con introducir un tenedor en ellas y comprobar que están blandas. Para comerlas quitaremos la piel y las prepararemos a nuestro gusto. Si las cocemos demasiado tiempo las podemos preparar en puré. Esta es otra forma de cocinarlas y por ello os toca opinar si es o no sana esta opción.
Asar las patatas
Para asar las patatas simplemente necesitamos un horno que es donde las vamos a introducir. Tampoco es necesario que las pelemos, ya que bastará con limpiarla bien, pues al asarse también se cocina y se queda crujiente y sabrosa. Para asarlas no es necesario añadirles aceite ni nada por el estilo. Esta es una forma de preparar la patata menos usada, pero no por ello tiene que ser menos sana, ¿qué opináis?
Imagen | henkelz
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