¿Os ha pasado alguna vez? No es frecuente pero puede que algún día que hayamos sudado mucho notemos que el sudor huele a amoniaco. El metabolismo muscular produce pequeñas cantidades de amoniaco en el proceso de desaminación de aminoácidos, pero normalmente lo aclara el sistema circulatorio y nuestro olfato no lo nota.
Pero si tenemos una dieta pobre en hidratos de carbono o al hacer algún tipo de deportes agotamos las reservas, habrá una mayor intervención de los aminoácidos en el metabolismo energético, lo que creará más amoniaco de la cuenta y nuestro cuerpo puede no ser capaz de depurarlo completamente, haciéndose más notorio en el sudor.
Esto ocurre sobre todo en deportistas de resistencia que llevan una dieta pobre en hidratos y en épocas del año de mucho calor sudan de forma abundante. Pero también se puede dar en culturistas en épocas de definición, donde los hidratos en la dieta son escasos y también en personas que hacen dietas cetogénicas.
Lo normal para un deportista es ingerir 5-7 gramos de hidratos por kilo de peso, así se evita que haya una mayor intervención del metabolismo proteico para aportar energía, lo que a su vez protege el músculo.
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Imágen | dominikgolenia
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