Desde siempre hemos destacado la importancia que tiene entrenar las piernas para mantener una correcta armonía en el cuerpo, ya que es importante que exista una adecuada proporción entre todas las partes del cuerpo. Por ello es importante que entrenemos las piernas, y para ello solemos hacerlo en las máquinas que hay a nuestra disposición en el gimnasio. Por este motivo es importante que tengamos en cuenta una serie de puntos, pues muchas de las máquinas de piernas pueden ser muy dañinas para las rodillas si no las usamos de forma correcta.
Las rodillas suele ser la parte más afectada en la mayoría de los ejercicios que llevamos a cabo de piernas en el gimnasio. Tendinitis, luxaciones, roturas de ligamentos... son algunos de los daños más habituales que se desarrollan en la rodilla. Es cierto que la mayoría de las veces estas lesiones se deben a un exceso en la carga a la hora de entrenar las pierna, pero gran parte de la culpa la tiene la manera que tenemos de colocarnos al hacer los diferentes ejercicios de piernas, ya que tiene mucho que ver la postura que vamos a desarrollar.
Por norma general uno de los movimientos que más suele afectar nuestra rodilla es el de estirar por completo las piernas cuando levantamos una determinada carga con éstas. Al estirar del todo las piernas obligamos a la rodilla a aguantar un exceso de presión, ya que parte de la tensión acumulada en la pierna se desplaza a esta articulación, haciendo que poco a poco se dañen los tejidos que la conforman. Pero no solo al estirar la pierna nos sucede esto, sino que también al doblar demasiado la rodilla con peso puede pasarnos algo similar, pues realizamos un movimiento demasiado largo en el que se implican varias partes de la rodilla pudiendo afectar alguna de ellas al no centrar toda la fuerza en una sola parte.
Es cierto que las piernas aguantan mucha carga, ya que se trata de una parte del cuerpo que utilizamos constantemente para desplazarnos, y por lo tanto está bastante bien tonificada, pero a pesar de esto las rodillas no son una de las zonas más fuertes de la pierna, ya que no tiene que ver que el resto de los músculos sean fuertes si las rodillas no lo son. Si esto sucede, podremos elevar mucho peso, pero las rodillas no serán capaces de aguantarlo y se dañarán. Para evitar esto es necesario que trabajemos de forma suave las piernas para ir adquiriendo poco a poco la fuerza necesaria en las rodillas para poder con las cargas sin dañarnos.
El calentamiento en esta parte del cuerpo es esencial para no llevarnos ningún susto de última hora, pues por norma general se toca el resto de partes de la pierna, pero las rodillas se dejan de lado. Es esencial que dediquemos parte de nuestra rutina a su calentamiento y al posterior estiramiento de esta articulación que puede pasarnos factura si no la cuidamos como se merece.
Imagen | D.L.
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