Los estiramientos son esenciales en la recuperación muscular y articular después de un entrenamiento o un trabajo físico. De ellos depende el buen estado de nuestros músculos, la flexibilidad de los mismos y la rápida recuperación y vuelta a la normalidad. Como siempre hemos resaltado en Vitónica, son esenciales y no podemos pasarlos por alto. Una de las partes del cuerpo que muchas veces nos dejamos sin estirar son los dedos, por ello vamos a ver cómo debemos hacerlo.
Las manos soportan gran tensión a lo largo de los entrenamientos, ya que ellas son imprescindibles en la gran mayoría de los ejercicios, pues con ellas es con lo que asimos los agarres y las diferentes máquinas con las que trabajamos, así como las usamos de punto de apoyo en infinidad de ejercicios. Por este motivo debemos tener presente que los dedos sufren una gran sobrecarga a lo largo de los entrenamientos. Es necesario que aliviemos esta carga y consigamos unas manos en perfecto estado.
La manera de conseguir que nuestras manos y todas las articulaciones que las componen estén bien es a través de los estiramientos. La manera de hacerlo es sencilla, pero casi nunca sabemos cómo debe hacerse, ya que son muchas las personas que siguen encogiendo los dedos y “chiscando” los nudillos pensando que esta es la forma de estirar los dedos. Realmente lo que se hace con esto es dañar poco a poco las articulaciones de los mismos, ya que les obligamos a adoptar una postura no natural que puede ser nefasta para su bienestar.
Los dedos están formados por pequeños huesos y múltiples articulaciones que en muchos casos suelen sufrir mucha tensión. Es necesario que a la hora de realizar los diferentes entrenamientos siempre reparemos en la importancia que tiene estirar los dedos para presentarnos con las manos libres de tensiones. Debemos realizar estos estiramientos antes y después de cada sesión de entrenamientos junto al resto de estiramientos que toque para esa jornada.
Dos estiramientos
La manera de estirar los dedos de las manos siempre debe ser hacia fuera para activar la circulación en la zona y evitar así acumulaciones de líquido en las articulaciones por falta de drenaje en la zona. Por ello es necesario que tengamos en cuenta varias maneras de estirar. La primera de ellas la realizaremos estirando los dedos hacia fuera, es decir, estirando los dedos de un mano lo que haremos será agarrar uno por uno con la otra y estirarlos sin forzarlos un poco hacia fuera manteniendo el dedo recto. Es bueno mantener estirando durante unos segundos cada dedo para conseguir mejores resultados.
La otra manera es mediante estiramientos hacia atrás de las manos. Lo que haremos será estirar todos los dedos de una mano y ayudándonos con la otra agarraremos los cuatro dedos delanteros que mantendremos rectos durante todo el estiramiento. Lo que haremos con ellos será echarlos hacia atrás a la vez como si fuésemos a tocar los nudillos con los dedos. Mantendremos estirados de este modo los dedos durante unos segundos. Con el pulgar haremos exactamente lo mismo, estirarlo hacia atrás durante unos segundos.
Es importante que tengamos esto en cuenta a la hora de realizar ejercicios o rutinas de entrenamiento en las que intervengan las manos, ya que de este modo las presentaremos mucho más flexibles y con un riesgo menor de padecer lesiones.
Video 1 | Youtube/warhola84
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