La postura corporal es la posición en la que se encuentra tu cuerpo cuando está de pie o sentado, además describe cómo tu columna vertebral está colocada respecto a la cabeza, hombros y cadera.
Mantener una buena postura es esencial para evitar dolores en la espalda, pues una postura no alineada puede provocarte distensión muscular, dolor o posible lesión. En este artículo te mostraremos las cuatro posturas que te pueden provocar dolor de espalda.
Postura con la cabeza hacia delante
Lo más característico de esta postura es que la mirada deja de estar fija en el objeto que se encuentra delante y se posa en el suelo, bajando así la mirada y generando tensión muscular a nivel de las cervicales.
Los efectos de esta postura van desde el dolor de cuello y de cabeza debido a la rigidez. Además, esta mala postura provoca una alta tensión en los músculos de la parte delantera del cuello y alarga su estructura muscular en la parte posterior. Esto provoca a la larga una disminución de la movilidad del tórax, conduciendo a una disminución de la función respiratoria.
La cifosis
La cifosis es una curvatura de la columna vertebral exagerada de la parte superior de la espalda, junto con los hombros se redondean hacia adelante. Es una forma más exagerada que la postura de la cabeza hacia adelante.
Contra más encorvada se encuentre la columna vertebral alta, más difícil te resultará caminar y más riesgo de caídas y lesiones, sobre todo en personas adultas.
La lordosis
Es cuando la curvatura de la columna vertebral tiende a ir en dirección al ombligo, con lo cual, las caderas y la pelvis se inclinan hacia adelante.
Lo más habitual en este tipo de afección es tener un dolor de espalda que afecta a tu capacidad de movimiento, además de que aumenta el riesgo de desarrollar lesiones en la espalda y cadera, junto con la degeneración de los discos de la columna vertebral lumbar.
Espalda plana
En la espalda plana sucede lo contrario que en la lordosis, donde la columna vertebral se encuentre sin mucho ángulo de curvatura. Al tener la espalda baja, la tendencia es que el resto del cuerpo se incline hacia adelante.
A parte del dolor que puede producirte en el cuello y en la espalda, en este caso sucede que, a la larga, te cueste cada vez más permanecer de pie. Además, caminar también puede resultar algo difícil, provocando dolor en las piernas y una sensación de debilidad.
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