La Semana Santa también afecta a nuestar salud, estar horas de pie siguiendo una procesión o debajo de un paso cargando peso puede acarrear lesiones musculares. Siempre viene bien tener en cuenta una serie de consejos para minimizar los daños.
Sobre todo son los costaleros los que más sufren en la Semana Santa, el no estar acostumbrado a tan dura actividad al final pasa factura. Las lesiones más frecuentes a causa de la carga del peso son las contracturas cervicales, de espalda, dorso-lumbares y las sobrecargas en articulaciones de hombro y piernas.
Según los expertos, muchas de estas lesiones pueden prevenirse o paliarse con la realización de ejercicios adecuados antes y durante el día. Por ejemplo, realizar estiramientos repetidos de la zona cervical prepara a los músculos y los calienta, soportando así mejor la carga. De igual modo conviene estirar y hacer movimientos repetidos de las articulaciones de los hombros.
Si el paso lo permite lo ideal es ir cambiando el peso de hombro en los descansos para que la carga del peso lo vayamos repartiendo tanto en izquierda como en derecho, de este modo no sobrecargaremos siempre los mismos músculos y disminuirán las posibilidades de que aparezcan contracturas.
Otro aspecto a considerar es que el costalero al andar con peso encima modifica su mecánica normal de la marcha, con lo que pueden aparecer tendinitis por sobrecarga. En esta cuestión el calzado juega un papel crucial, se recomienda utilizar calzado plano con algo de tacón, así el peso se distribuye mejor en los apoyos, y si es zapato deportivo con amortiguación mejor que mejor.
La zona lumbar también sufre mucho, normalmente el costalero acaba cediendo por el peso y dobla la espalda, recayendo gran parte del peso en la zona lumbra. El uso de fajas estabilizará y calentará la zona previniendo lesiones.
Por supuesto, no olvideis la hidratación.
Y por último, al acabar la jornada de penitencia no olvidarse de estirar los grupos musculares más implicados y aplicar hielo en las articulaciones afectadas y calor en los músculos doloridos. Vía | El Mundo