Los dolores de espalda son algunos de los más molestos, pero también de los más habituales que podemos sentir. Ante estos dolores, algunos provocados por malas posturas, movimientos repetitivos, etc., solemos acudir a remedios sencillos como aplicar calor, corregir la postura o, si el dolor no remite, ir a la consulta de un fisioterapeuta.
Es por ello que, compañías como Pfizer o Hansaplast, entre otras, han decidido sacar algunos parches de calor diferentes. Se tratan de parches que, gracias a la aplicación de calor, ayudarían a aliviar los dolores y relajar la tensión muscular que pueda existir. La duda que nos surge es si de verdad funcionan o cuál es la diferencia con los geles, cremas u otros productos que también aportan calor.
Cómo funcionan los parches de calor
El funcionamiento del parche se debe a su composición de células térmicas. Estas células contienen algunos ingredientes naturales, como el hierro, el agua, la sal o el carbón. Estas células se calentarían al contacto con el oxígeno.
Estos parches tienen la capacidad de alcanzar los 40º de temperatura en una media hora y algunos consiguen mantenerla durante ocho horas. Esto es muy útil porque, al contrario de las bolsas de calor u otros elementos, la temperatura no se pierde rápidamente y puede mantenerse la aplicación con una temperatura estable.
Qué opinan los fisioterapeutas sobre estos parches
Hemos hablado sobre estos parches con Adrián Porto, fisioterapeuta en una clínica médica. Lo primero que nos indica es que debemos tener claro que el calor no es aplicable a todos los dolores: "en caso de inflamaciones se suele aplicar frío - excepto en algunas zonas, como la espalda, por la baja tolerancia al frío - porque si aplicas calor aumentas los elementos que provocan la inflamación. Se utiliza frío porque reduce dicha inflamación".
Esto quiere decir que, si utilizamos los parches sin supervisión médica o de un profesional sanitario, podemos correr el riesgo de estar aplicando calor a una lesión que no lo tolera. El parche se recomienda en casos de esguinces o distensiones, pero Porto indica que no siempre es recomendable en dichos casos:
"En las fases agudas, tanto de esguinces, como de distensiones, existe una inflamación de la zona y la aplicación de calor estaría contraindicada". Además, el fisioterapeuta señala que, en casos de distensiones y esguinces si son muy leves pueden ayudarnos, pero si son más graves: "seguramente necesites ayuda profesional de algún sanitario - e incluso cirugia- y no podemos pensar que un parche de calor nos va a curar".
En el caso de la aplicación de estos parches, en molestias más leves - o más graves en las que nuestro profesional sanitario nos recomiende aplicar calor - puede ser efectivo. Según Adrián Porto, el parche de calor sería igual de efectivo que otros remedios de calor que utilicemos - como las bolsas térmicas o mantas eléctricas - con algunas diferencias: "es posible que se adapten mejor a la zona lesionada y, por tanto, el calor se aplique más directo. Además de aguantar más tiempo la aplicación de calor sin enfriarse".
En cualquier caso, el fisioterapeuta nos recuerda que la recomendación general de aplicación de calor no suele superar la media hora - o incluso una hora en algunos casos -. Por lo tanto, a pesar de que este parche llegue a liberar calor estable durante ocho horas, no necesitaríamos tanto tiempo y otros medios nos ofrecen el mismo tiempo de aplicación.
Además, la aplicación de calor no está recomendada en algunos pacientes: "personas que padezcan tumores, alguna cardiopatía, hipertensión, infecciones, insuficiencias renales, etc. no suele estar recomendada la aplicación de calor y menos prolongada" nos indica Porto. De hecho, se venden parches diseñados especialmente para los dolores menstruales, y se trata de una recomendación habitual la de aplicar calor en el vientre para aliviar los dolores menstruales.
Sin embargo, hay mujeres a las que - dependiendo de sus niveles de sangrado - no se les recomienta el uso de calor. Antes de hacer uso de este tipo de elementos, lo mejor que podemos hacer es acudir a nuestro médico, fisioterapeuta o profesional sanitario y que nos indique exactamente qué hacer y cómo.
En definitiva, se trata de un parche cómodo porque se ajusta a la zona concreta donde lo vamos a aplicar, pero más allá de eso la eficacia es similar a la de otros elementos de calor y es recomendable que antes de usarlo consultemos con nuestros profesionales sanitarios de referencia.
Imáges |Unsplash, Hansaplast, ThermaCare, Nexcare