Las lesiones son algo que a los que practicamos deporte habitualmente nos acompañan en los entrenamientos, y es que están a la orden del día y suceden con más facilidad de los que pensamos. Pero esto no debería ser así, ya que se suelen producir por una mala ejecución o por no tomar las medidas necesarias para evitarlas.
Una de las partes más afectadas del cuerpo a la hora de entrenar son las muñecas y los tobillos, dos zonas sensibles de nuestro organismo formadas por infinidad de pequeños huesos y cartílagos que sufren la mayoría de la presión derivada del ejercicio. Para evitar lesiones importantes y protegerlos de posibles males es importante tomar medidas al respecto y proteger estas articulaciones correctamente.
Los tobillos y las muñecas son partes, que al igual que la cadera o el manguito rotador del hombro tienen una gran movilidad, pero a diferencia de éstas, la concentración muscular que se encuentra en las muñecas y en los tobillos es menor, por lo que la protección de huesos y cartílagos es escasa. A esto debemos sumarle la presión que soportan estas articulaciones mientras realizamos ejercicio, que es lo que muchas veces hace que nos lesionemos.
Es importante saber esto para evitar hacernos daño en estas articulaciones, y poner las medidas necesarias para ello. Desde luego que el calentamiento y los estiramientos tienen que ser parte primordial del ejercicio, sobre todo tenemos que hacer hincapié en estas articulaciones que intervendrán en la mayoría de movimientos del tren inferior y superior indistintamente. Debemos dedicar entorno a 15 minutos a calentar, y otros 15 a estirar después del ejercicio.
Pero no solamente con el estiramiento nos sirve para evitar posibles lesiones en tobillos y muñecas, ya que normalmente tendemos a cargar mucha presión en esta zona, tanta que por sí solas no la pueden aguantar, por lo que es necesario reforzarlas como si de un músculo se tratara. Para ello podemos recurrir a vendajes o mallas de compresión que mantengan estar articulaciones sujetas evitando desplazamientos óseos a lo largo del ejercicio.
Desde luego que la alimentación es importante para mantener unas articulaciones fuertes, para ello es necesario ingerir alimentos ricos en colágeno, principal nutriente que forma los cartílagos y evita el desgaste óseo. Lo podemos encontrar en alimentos como las gelatinas animales o en suplementos como el silicio orgánico que nos ayudará a reforzar las articulaciones. La ingesta de calcio para fortalecer los huesos es fundamental, ya que ayudará a mantener una buena densidad.
La ejecución de los ejercicios tiene mucha importancia, y es que debemos intentar cargar toda la presión en los músculos trabajados en vez de en las articulaciones, que son en muchos casos las que sufren a lo largo de las rutinas. Para ello es fundamental elegir los agarres adecuados y saber adoptar las posturas idóneas para cada ejercicio. No debemos olvidar esto si queremos mantener unos tobillos y muñecas sanos que nos permitan realizar el ejercicio con total normalidad.
Imagen | SXC
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