Las roturas fibrilares son una lesión muy frecuente dentro del mundo del deporte, y es bastante incapacitante para la persona que las sufre. Una rotura fibrilar no es lo mismo que unas agujetas, son muy diferentes entre ellas, de hecho.
Por ello, para que os hagáis una idea clara os explicaremos en detalle qué son las roturas fibrilares, por qué pueden darse y como se trata, para que así podáis saber cómo actuar frente a una.
Qué es una rotura fibrilar
Una rotura fibrilar es una lesión producida por un sobreesfuerzo del músculo cuando realizamos un ejercicio físico. En la rotura fibrilar se pueden romper más o menos fibras del músculo, no solamente una, y dependiendo de la cantidad de fibras rotas, se le calificará a la rotura fibrilar de leve, moderada o grave.
Los músculos con más probabilidad de ser afectados por una rotura fibrilar son los cuádriceps, los aductores, el femoral, los gemelos y el sóleo, es decir, que la parte del cuerpo que puede ser más afectada son las piernas, ya que suelen estar sometidas a gestos explosivos, grandes cargas y cambios de velocidad demasiado buscos.
Por qué pueden darse las roturas fibrilares
La rotura fibrilar se suele dar, en la mayoría de los casos, cuando tenemos una alargamiento o elongación excesiva del músculo, donde este se estira tanto de sí que vence y se rompe. Recordemos que los músculos tiene cierta elasticidad, pero esta es limitada entonces, si lo elongamos demasiado, sus fibras se pueden llegar a vencer ya que no son capaces de aguantar tanta presión ni estirarse más.
También se puede dar cuando realizamos una contracción muy brusca, sobre todo si es con peso. Esta causa es muy probable que surja por no haber calentado bien antes de realizar la actividad física, pues tras una contracción busca y rápida del músculo, al no estar caliente, se rompe.
Y, por último, se puede dar por un esfuerzo que supera la capacidad del músculo y de sus fibras, como por ejemplo es muy común roturas fibrilares en carreras de atletismo.
Cómo se tratan las roturas fibrilares
Para tratar las roturas fibrilares no requiere un tratamiento complejo pero si que puede llegar a ser largo y pesado, además es muy importante realizar el tratamiento de forma correcta.
Durante las primeras 48 horas como mínimo y 72 horas como máximo, se usará el método RICE, que consiste en hacer Reposo, ponerse Hielo, hacer Compresión con vendaje y mantener al pierna en Elevación. Deberemos estar en reposo, primero absoluto y luego relativo, dependiendo de las indicaciones del traumatólogo, unos 15 a 25 días, dependiendo del grado de gravedad de la rotura fibrilar.
Para poder reducir el hematoma producido por al rotura se puede aplicar una crema tópica apta para este tipo de traumatismos como es el Trombocid, que es excelente para reducir el hematoma. A veces, si el hematoma es muy grande pueden colocar un pequeño drenaje para eliminar todo el exceso de sangre y reducir la presión y el dolor de la zona.
A medida que se vaya reduciendo la inflamación, nos podremos ir incorporando a un estado de vida normal, para que poco a poco podamos incorporando al deporte, siempre empezando con ejercicios isométricos y acompañados de un fisioterapeuta.
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