Que no sirva esta afirmación como una defensa del sedentarismo, pero se ha comprobado que pasar mucho tiempo de pie en el trabajo duplica el riesgo de enfermedades del corazón, entre otros males.
Ni qué decir tiene que nuestra espalda y articulaciones son las primeras afectadas por una posición de pié de muchas horas. Dependientes, camareros, guardias de seguridad... todos se ven afectados por un problema de salud potencial. ¿Podemos hacer algo para evitarlo? Por supuesto.
¿Qué le pasa a mi cuerpo cuando paso más de ocho horas de pie?
Antes de nada, hay que dejar claro que no es lo mismo pasar más de ocho horas de pie que moviéndonos. Lo que vamos a discutir a continuación afecta, esencialmente, a las personas que se mantienen mucho tiempo de pie en una situación de semiparada. Esto incluye a los camareros, los cuales, además, muchas veces tienen que cargar con peso en posiciones que no son naturales.
En general, estar de pie y parados no es una posición natural, del todo. Nuestros músculos están acostumbrados a moverse. Lo necesitan, metabólica y físicamente hablando. Cuando los mantenemos en una posición de tensión durante mucho tiempo, sin moverlos, estos sufren agarrotamiento y duelen. Con el tiempo, la carga que ejercen modifica nuestra postura y normalmente no es para bien.
Además de los músculos, el flujo sanguíneo es otro de los grandes afectados por estar más de ocho horas de pie. Algunos estudios apuntan a que trabajar tanto tiempo de pie aumenta la incidencia de arterioesclerosis, ya que incrementa la carga del sistema circulatorio al acumular la sangre en los miembros inferiores. Esto no ocurre cuando andamos, solo cuando permanecemos mucho tiempo quietos. Por descontado, también ayuda a la aparición de varices.
Por último, y no menos importante, permanecer mucho tiempo de pie puede terminar ejerciendo una mala influencia en nuestra espalda. La tensión y el forzamiento de la posición pueden desencadenar una mala postura que se dará con casi total seguridad. Al final, lo notaremos en un dolor de la zona lumbar o, incluso, en las cervicales. Con el tiempo, esto se traducirá en una escoliosis o rectificación, o cualquier otro problema de espalda.
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes?
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos hacer rápidamente un resumen de las lesiones y problemas más frecuentes de permanecer mucho tiempo de pie. Si la circulación no es buena comenzará la retención de líquidos, los problemas de circulación y, a medio plazo, la aparición de varices. En los pies, dependiendo de cómo sea nuestra pisada, podremos sufrir una fascitis plantar o una tendinitis.
En el caso de sufrir algún problema óseo, probablemente comiencen a dolernos las articulaciones. A medio plazo, aunque notándose desde el principio, comenzará el dolor de la zona lumbar, "en los riñones", incómodo y molesto. Con el tiempo, este dolor pasará a las cervicales y podría darse una cefalea crónica. Por descontado, el dolor muscular en todo el cuerpo es incómodo, aunque no severo.
¿Qué puedo hacer para combatir estos síntomas?
En realidad, evitar estos problemas es relativamente fácil, sobre todo teniendo en cuenta que tendremos que estar de pie todo el rato. La solución consiste en movernos y sentarnos, así de simple. Para evitar los problemas de circulación debemos "forzar" los miembros a moverse para que la sangre se distribuya. Dar paseos frecuentes, si es posible, es una de las mejoras formas de mantener la circulación activa.
Por otro lado, no deberíamos permanecer más de 45 minutos sin movernos del sitio. Deberíamos movernos y dar un pequeño paseo, a ser posible de unos cinco minutos (que es más tiempo del que parece). Esto nos ayudará a mantener el flujo sanguíneo y mover los músculos. También servirá para "recolocar" los músculos de la espalda, para que estén más distendidos y no fuercen una postura poco natural y dolorosa, arrastrando a otros en el proceso.
Además de lo anterior, es conveniente hacer algo de trabajo muscular, entrenando los músculos de la espalda, las escápulas, la cintura y las extremidades. De esta manera, nuestra musculatura sufrirá menos cuando pase tanto tiempo parada y, por consiguiente, nuestra postura no será tan mala y no nos dolerá tanto. El problema con la circulación se mantendrá, pero será más fácil mitigar sus efectos debido a un músculo que mueve más sangre.
También es muy relevante que hagamos estiramientos para evitar que el músculo se agarrote, y que nos sentemos cada cierto tiempo. Sentarnos nos ayudará a cambiar la posición y el peso. Los estiramientos, como decíamos, especialmente los de cuello y espalda, nos ayudarán a mantener una posición más adecuada, reduciendo el malestar y la incomodidad sufrida por una posición forzada durante demasiado tiempo.
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