El masaje es una herramienta con mucho potencial en el ámbito de la prevención y tratamiento de lesiones. Es ampliamente conocido en el ámbito deportivo, y el masaje terapéutico se utiliza dentro de la fisioterapia en la recuperación de ciertas dolencias, sin embargo ¿Es el masaje lo mejor para recuperarte de una lesión? La respuesta es que no, y te contamos de forma detallada el por qué:
El masaje: una técnica más dentro de la recuperación (no la única)
Los fisioterapeutas estamos acostumbrados a que se nos asocie con el masaje, y eso no es malo. Utilizar el masaje dentro del tratamiento de una lesión es una opción que tiene el fisioterapeuta, pero vamos a repasar elementos importantes que no hay que olvidar:
Diagnóstico: Es el punto de partida. Ante una lesión, hay personas que acuden a que les den un masaje, porque les duele el músculo, porque piensan que puede ser un "tirón" o una "contractura". Pero las técnicas de forma aislada no alivian, pues lo primero es conocer realmente qué lesión hay, ponerle nombre, recibir un diagnóstico. El diagnóstico médico detalla el alcance de la lesión, mientras que el diagnóstico de fisioterapia detecta problemas y disfunciones (de fuerza, de movilidad, dolor...) que se pueden abordar desde la fisioterapia.
Tratamiento adaptado a cada persona: Las lesiones no son iguales aunque tengan el mismo nombre: las estructuras afectadas pueden no ser las mismas dependiendo de cada persona, y cada persona responde de manera diferente ante una lesión. Que a alguien con una determinada lesión le fuera bien un tratamiento (masaje, estiramientos...) no significa que en otro caso el tratamiento sea el mismo. Por ello hemos resaltado en el punto anterior la importancia del diagnóstico y valoración del caso, pues permite plantearse objetivos y elegir las herramientas adecuadas.
Elección del mejor tratamiento: Al acudir a los profesionales sanitarios, hay varios factores que influyen en la elección del tratamiento. Las preferencias del paciente suponen uno de esos factores: si a alguien le alivia un masaje, puede ser una técnica que ayude en el tratamiento, pero tengamos claro que, probablemente, no sea la única ni la más importante. La elección debería realizarse, como decimos, dependiendo de la preferencia del paciente (del abanico de técnicas disponibles y útiles en su caso), de la preferencia también del profesional sanitario (por sus conocimientos, experiencia, formación...) y siguiendo la evidencia actual. Es decir, si una técnica se desaconseja o hay otras mejores, deberíamos optar por las avaladas científicamente.
Tratamiento de la causa: Enlazando con el punto anterior, suele ocurrir que los pacientes acudan pidiendo ciertas técnicas (kinesiotaping, punción seca, masaje...) porque alguien se lo ha recomendado, porque lo utilizó cierto deportista famoso... Pero volvamos a recordar la importancia del tratamiento individualizado y de abordar la causa. Aplicar un masaje a una lesión puede aliviar partes blandas, favorecer el retorno circulatorio, incluso reducir la sensación de dolor, proporcionar bienestar... Pero es una técnica más, dentro del abanico terapéutico orientado a recuperar de esa lesión pero también proteger de lesiones futuras. Por ello, también hay que tener siempre en cuenta el trabajo activo.
Ejercicio terapéutico y trabajo activo, fundamentales en la recuperación
Por trabajo activo nos refererimos a todas las pautas, consejos, adaptaciones, modificaciones, ejercicio y demás que realiza el propio paciente, por sí mismo, con objeto de recuperarse de la lesión, y también para prevenir recaídas.
El ejercicio terapéutico cumple un papel fundamental en la readaptación después de una lesión, por ello ya le dedicamos una entrada sobre la readaptación en la vuelta a la actividad física o deportiva en Vitónica.
El ejercicio terapéutico es una herramienta del fisioterapeuta que emplea para indicar ejercicios orientados a la recuperación de la lesión, para trabajar los objetivos planteados en la evaluación y reevaluaciones posteriores del caso. También para dar pautas y entrenar gestos similares a la actividad deportiva habitual, o al gesto que provocó la lesión.
Se realizará entrenamiento para fortalecer la zona y preparar a la persona/deportista a la vuelta progresiva a la actividad, añadiendo cada vez ejercicios más complejos y más parecidos a la situación real, así como ejercicios de estiramiento, de tipo propioceptivo, etc.
Por todo ello, si bien el masaje puede ayudarte de forma puntual en la recuperación de una lesión, recomendamos para todos estos casos ponerse en manos de profesionales sanitarios y preguntarles acerca de ejercicios y pautas para mejorar la recuperación de la lesión y reducir el riesgo de recaída.
En Vitónica | Lesiones deportivas ¿Qué me espera en las sesiones de fisioterapia? (I)
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