En alguna ocasión hemos comentado en Vitónica las virtudes de la máquina elíptica. La base de esta máquina es realizar cardio con un gesto similar a la carrera pero con un impacto mínimo. Dicho sea de paso, con la elíptica no solo se puede hacer cardio, dependiendo de la intensidad, podemos adaptar el tipo de entreno.
La cuestión es que la elíptica puede ser la intermediaria entre andar y correr, sobre todo en aquellas personas que no vengan de tener buena condición física o que hayan tenido lesiones o problemas en articulaciones como el tobillo, rodilla o cadera.
Aunque alguien puede pensar que la elíptica es similar o menos intensa que andar, la cuestión es que haciendo elíptica hay una mayor implicación muscular que cuando se anda, pero no tanto como cuando corremos, de ahí que sea una forma intermedia de pasar de una activida a otra.
De todas formas, no hablamos de pasar de una a otra exclusivamente. Tanto andar, como elíptica y correr pueden convivir en un plan de entrenamiento. Todo depende de la persona, su condición física y posibilidades.
En una lesión de tobillo, por ejemplo, podemos pasar de andar en el agua a andar sobre tierra, después hacer elíptica y, por último, correr. Eso sí, siempre bajo supervisión médica, por supuesto.
También es otra forma de motivarnos si ya estamos cansados de salir siempre a andar al mismo paso. La elíptica nos sube un peldaño la intensidad y varía el tipo de actividad, algo que siempre es de agradecer.
Imagen | Thinkstock
En Vitónica | Sesión musical para entrenamiento en elíptica
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