Siempre nos quejamos de que nuestros abdominales no están como deberían y no conseguimos marcarlos. Pero es que en muchos casos no se les da la importancia que tienen y no se entrenan como un músculo más, sino que se ejercitan de forma rápida y desordenada.
La musculatura abdominal es una de las más complejas del organismo y la que más cuesta entrenar, ya que los ejercicios que se realizan normalmente no son los adecuados o no aíslan las diferentes zonas de la pared abdominal para concentrar el ejercicio. El esfuerzo debe localizarse por zonas, y el entrenamiento tiene que seguir un orden diferenciando bien las partes que estamos trabajando. De esta manera podemos conseguir muy buenos resultados.
Los músculos que componen la pared abdominal son sinergistas entre sí, es decir, cuando realizamos movimientos con el tronco todos los músculos del abdomen participan. El movimiento nunca es sólo para un músculo, ya que los movimientos están interrelacionados, de ahí la dificultad de aislar los músculos abdominales. Realmente no podemos diferenciar entre un músculo abdominal u otro, ya que todos son un conjunto.
Cuando decimos que trabajamos los músculos superiores, los inferiores... estamos cayendo en un error, pues no existen esos músculos independientes como tal, sino que son partes o zonas del abdomen en las que vamos a concentrar nuestros esfuerzos a la hora de entrenar para trabajarlas a ellas en concreto, aunque es inevitable que entren en acción otras partes de los abdominales.
Sí que es cierto que existen partes de la pared abdominal que intervienen más que otras en los movimientos que realizamos. Este es el caso de la parte superior o recto abdominal que se ve involucrado en casi todos los movimientos, mientras que la parte inferior apenas interviene en los movimientos del tronco. Esto lo tenemos que tener en cuenta a la hora de entrenar para saber el orden a seguir.
Es importante comenzar a trabajar la parte que interviene menos en los movimientos y dejar para el final la zona que siempre está presente. El orden lógico para obtener un buen desarrollo de la pared abdominal es este. Comenzaremos entrenando la parte inferior del recto abdominal, pasando por los músculos oblicuos de los laterales y terminaremos con la zona superior del recto abdominal.
Es importante que nos concentremos en estas zonas y que realicemos ejercicios enfocados a trabajar cada una de ellas. Lo que recomendamos es llevar a cabo de 2 a 3 ejercicios para cada parte respetando siempre este orden y concentrando el esfuerzo en la zona trabajada.
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