Seguramente que la mayoría de nosotros después de llevar varios años entrenando nuestro cuerpo en el gimnasio seguimos sin evolucionar en lo que a desarrollo muscular se refiere. Es cierto que muchas personas lo que buscan es mantenerse y conservar lo que ya tienen, pero otras muchas se sienten frustradas por esto. Para evitar este estancamiento debemos conocer los motivos que lo generan, y por ello vamos a ver algunos que nos impiden seguir evolucionando.
Normalmente cuando entrenamos lo que andamos persiguiendo es una mejora tanto a la hora de hacer frente a las rutinas como los resultados que andamos buscando. Por este motivo es necesario que tengamos controladas algunas de las claves que nos impiden este desarrollo.
Uno de los principales motivos por los que no logramos crecer y aumentar nuestra fuerza es porque no llevamos a cabo un entrenamiento adecuado. Ante todo es necesario que forjemos unos músculos fuertes desde la base. Para lograrlo es necesario que adoptemos un tono que nos permita evolucionar poco a poco. La manera de conseguirlo es a través de la obtención de fuerza entrenando de forma correcta dejando en un principio de lado el peso y centrándonos en la correcta ejecución y la adquisición de destreza y facilidad a la hora de llevar a cabo el ejercicio. El resto vendrá después.
Acostumbrarnos a una determinada rutina y seguir durante meses y meses con ella es uno de los puntos que también nos impiden seguir evolucionando, y es que los músculos se acaban por acostumbrar a los mismos ejercicios y estos dejan de tener la efectividad de antes. Si la correcta ejecución de los ejercicios y la fuerza es algo esencial, también lo es el peso y la aclimatación muscular que vamos a conseguir mediante el cambio de ejercicios y entrenar hasta el fallo muscular para así obligar a las fibras a coger cada vez más peso y crecer.
El miedo a sufrir agujetas es algo que a muchas personas le frena ala hora de seguir evolucionando en los entrenamientos, y es que aumentar las cargas y variar la rutina lleva consigo en muchos casos la aparición de agujetas. Pero este proceso es lógico, ya que cuando entrenamos se producen pequeñas microlesiones musculares que son las causantes del crecimiento muscular. Sufrir agujetas es un claro síntoma de un entrenamiento fructífero y del correspondiente crecimiento muscular. Aunque se pueden mitigar con un correcto descanso y estiramientos.
El tipo de alimentación es muchas veces uno de los principales impedimentos ala hora de evolucionar en los entrenamientos, y es que si queremos crecer debemos comer bien, dotando al organismo de lo que necesita, ya que aunque no lo creamos, cuando entrenamos estamos consumiendo grandes cantidades de energía que vamos a reponer a través de la ingesta de hidratos de carbono, impidiendo así que echemos mano de las reservas del cuerpo que nos harán perder volumen. Junto a esto es esencial dotar a los músculos del alimento que necesitan para crecer y desarrollarse. Las proteínas serán las aliadas a la hora de lograr esto. Por ello es necesario que estemos bien alimentados, ya que con ello lograremos crecer más y tener energía para entrenar y trabajar.
La falta de descanso y el cansancio excesivo suele ser otro detonante que nos hace que no crezcamos como queremos. Los músculos necesitan reponerse mediante el descanso para recuperar la energía perdida con los entrenamientos. Por ello debemos dejar descansar a los músculos el tiempo que necesitan, ya que muchos de nosotros pensamos que a mayor entrenamiento mejores resultados, cuando esto no es del todo cierto, puesto que es uno de los principales motivos por los que no evolucionamos.
Imagen | chris2k
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