Existen dos teorías al respecto sobre el orden de los grupos musculares en entrenamientos, basándose en el mismo criterio: Los músculos del brazo actúan como auxiliares de los grandes grupos musculares del tronco. Es decir, en movimientos de pecho también nos ayudaremos, por ejemplo, del tríceps, cabeza anterior del deltoides y antebrazo.
La primera de ellas hace referencia a que es interesante primero agotar los músculos pequeños (auxiliares) para poder aislar al máximo los grandes. Por otro lado, muchos especialistas, basándose en los preceptos actuales sobre entrenamiento funcional, abogan por utilizar primero los grupos grandes, ya que si agotamos anteriormente los pequeños, no podremos realizar correctamente la secuencia de movimientos del primero.
En lo que existe completamente una unidad de criterio es en el hecho en que los músculos estabilizadores (abdominales, trasverso, lumbares), deben ser trabajados siempre en último lugar para un mejor rendimiento durante el resto de la sesión.
Además, resulta efectivo aplicar el principio de músculo agonista-antagonista. O sea, realizar un movimiento implicando uno o varios músculos para después proceder a movimientos que impliquen los músculos que realizan su función “contraria”, en lo que se conoce como Superserie. Ej.: Pecho-Espalda, Bíceps-Tríceps. Con ello se consigue una mejora considerable de la tasa de recuperación del primer músculo.
Vía | Todo sobre Tonificación Dirigida.