En los gimnasios y salas de entrenamiento nos solemos encontrar con diferentes opciones para realizar un mismo ejercicio, y es que aunque pensemos que trabajar un grupo muscular en uno o en otro aparato es lo mismo, nada más lejos de la realidad, pues cada opción nos puede brindar unos u otros beneficios.
Un ejemplo de esto es el trabajo muscular con mancuernas o con poleas. Durante años se ha resaltado el valor de un tipo de ejercicio frente al otro, pero nada más lejos de la realidad, y es que ambas formas de trabajar son igual de beneficiosas debido a que las dos tienen puntos a favor o en contra para elegirlas a la hora de entrenar. Es importante que tengamos en cuenta algunos puntos a la hora de decantarnos por una u otra forma de entrenamiento.
Muchos consideran que las mancuernas o pesos libres son la mejor forma de entrenar, ya que es nuestro cuerpo el que vence por sí sólo la resistencia que nos ofrece el peso sin la ayuda de máquinas o aparatos que nos facilitan el levantamiento de la carga. En cierta medida es así, y es que nuestro cuerpo es la palanca para levantar ese peso. Esto hace que los ejercicios con mancuerna sean más duros y levantemos menos carga que cuando los realizamos en máquinas.
Sin embargo, cuando trabajamos con polea el levantamiento del peso también es directo, y hasta se complica más, pues a la resistencia que nos ofrece la carga tenemos que sumarle la que nos brinda la distancia con el peso que agudiza más el esfuerzo, debido a que el empuje no es directo, sino que se realiza a través de la polea. Esto hace que los levantamientos con polea sean más intensos y la carga menor.
Las mancuernas además nos brindan ergonomía, y es que al levantarlas con nuestras propias manos, podemos girar las muñecas para obtener la postura más cómoda para el desarrollo del ejercicio. Para nada vamos a realizar movimientos forzados en los que se vean dañados los tendones o algunas fibras musculares. Con las poleas esto no es posible, pues al estar metidas por raíles el recorrido es limitado, aunque podemos mejorar la ergonomía con el uso de agarres adecuados.
A la hora de utilizar las mancuernas es importante que controlemos a la perfección el desarrollo del ejercicio así como nuestro cuerpo y los músculos que van a participar en el levantamiento, y es que al ser un peso totalmente libre es importante que realicemos el recorrido adecuado y mantengamos el equilibrio para evitar movimientos forzados que pueden lesionarnos.
En el caso de la polea esto es más complicado, ya que el recorrido de ésta es el marcado por los raíles por los que se desliza, simplificando al máximo el movimiento que se puede realizar. La única cosa que tenemos que tener en cuenta es no arquear la espalda, pues es uno de los principales fallos que cometemos cuando entrenamos con poleas, al poder provocarnos una lesión lumbar o cervical.
Lo ideal es combinar ambas formas de entrenamiento para sorprender a los músculos y evitar que éstos se acostumbren a una rutina similar. Esa es la base del desarrollo muscular, y es que hay que innovar para poder progresar.
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