Si lo tuyo es la piscina y sueles ir a pegarte un bañito para despejarte y ponerte en forma deberías plantearte cambiar de estilo si lo único que haces es nadar a crol. De nuevo aparece el principio de la variabilidad del entrenamiento, para evitar que el organismo se acostumbre y sigamos mejorando.
Nada a crol es lo más común cuando vamos a la piscina porque es el estilo por antonomasia. Pero alternar con braza, mariposa y sobre todo espalda hará que trabajemos de forma más completa todos los músculos del cuerpo.
Además, nadar siempre al mismo estilo cansa, los largos se pueden hacer interminables cuando estamos más de media hora nadando. Por eso lo mejor es alternar cada 4-5 largos dentro de la misma sesión o si vas a la piscina con asiduidad elegir un estilo para cada día.
Hay que tener en cuenta que todos los estilos trabajan gran parte de la musculatura, pero que cada uno tiene sus músculos específicos. La espalda por ejemplo hace más énfasis en esta zona y es un ejercicio estupendo para la columna. La patada de braza y mariposa trabajan los músculos de las piernas de manera más explosiva y discontinua que el crol, donde se hace más énfasis en los hombros.
Hay que tener especial cuidado los que estéis lesionados en la columna o la rodilla porque según el estilo puede causarnos beneficios o agravarnos la lesión, por eso en estos casos lo mejor es consultar a los especialistas.
Para la gente que empieza a nadar se recomienda alternar entre crol y braza porque al principio no se suele tener suficiente resistencia para aguantar a crol y alternar con braza descansa los músculos y permite una mayor continuidad de la práctica.
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