Seguro que en algún momento de nuestra vida hemos sentido dolor en alguna articulación. Normalmente no le solemos dar importancia y seguimos entrenando como si nada hubiera ocurrido. Este pequeño dolor articular puede ser el germen de una posible artrosis, por ello en este post nos vamos a detener a prestar atención a estas alarmas, ya que la artrosis de los deportistas es una dolencia muy común que se puede prevenir si se sabe cómo.
La artrosis es un desgate de las articulaciones que se suele producir por el paso del tiempo y el uso excesivo de las mismas. Es cierto que el deporte es una buena forma de reforzar las articulaciones, pero también puede desgastarlas si no se realiza de la manera adecuada, ya que los casos de artrosis tempranas en deportistas suelen ser mucho más habituales que en personas más sedentarias.
Escuchar a nuestro cuerpo y respetarlo
En primer lugar hay que tener presente que debemos escuchar a nuestro cuerpo y sobre todo si lo utilizamos para hacer deporte y lo sometemos a rutinas de entrenamiento intensas en las que las articulaciones aguantan mucha tensión. Por ello en cuanto tengamos el más mínimo dolor articular es necesario parar, bajar la intensidad y en ocasiones dejar de trabajar, pues podemos agravar la situación y conseguir un desgaste excesivo de las articulaciones.
Las articulaciones que más suelen sufrir son los hombros, las caderas y las rodillas, pero ninguna está libre de riesgo. Por ello es necesario antes de nada que fortalezcamos los músculos que las rodean. Unos músculos fuertes harán que la tensión la aguanten éstos y no las articulaciones. Por ello es esencial que trabajemos por igual todas las partes del cuerpo para evitar desequilibrios, además de realizar un trabajo progresivo, es decir, comenzar poco a poco a con menos cargas para ir aumentando a medida que ganamos fuerza.
Proteger las articulaciones
Además de respetar los tiempos y saber escuchar a nuestro cuerpo, es necesario que protejamos al máximo las articulaciones mediante el equipamiento adecuado a la hora de practicar deporte. Por ejemplo usar zapatillas que absorban los impactos a la hora de correr es esencial para cuidar rodillas y caderas.
Por otro lado es fundamental la correcta ejecución de los diferentes ejercicios. Nunca debemos desplazar la carga ni la tensión del ejercicio a las articulaciones. La correcta colocación y la acción directa de los músculos evitarán un daño innecesario en éstas. Lo mismo que el descanso, los estiramientos y evitar realizar ejercicios demasiado elaborados si no tenemos un completo control sobre nuestro cuerpo y los movimientos adecuados en cada rutina.
La alimentación correcta
La alimentación es otro punto a tener en cuenta, y es que debemos dotar a las articulaciones de las vitaminas y los minerales necesarios para conseguir que el colágeno esté en perfectas condiciones. La vitamina C es esencial, al igual que minerales como el calcio, potasio, selenio o magnesio. En el mercado existen complementos alimenticios enfocados a potenciar la producción de colágeno, que son muy recomendables cuando sometemos a las articulaciones a una actividad extra y así evitar la artrosis prematura.
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