Nadar en el mar o por lo menos chapotear en la orilla son algunos de los grandes placeres de las vacaciones y de los días en la playa. Entrar y salir del agua sin parar, hacernos unos largos, jugar con las palas dentro del agua o con el famoso balón de Nivea son actividades que animan los días playeros y que repetimos cada verano.
Todos sabemos que, cuando nos metemos en el mar, todas las precauciones que tomemos son pocas: debemos protegernos del sol aunque nos encontremos dentro del agua, tener cuidado con las posibles picaduras de medusa (sobre todo en la zona de Levante) y, por supuesto, ser conscientes de las corrientes que existen en el agua y que nos pueden llevar mar adentro en escasos segundos. ¿Sabes cómo tienes que reaccionar si la corriente de resaca te atrapa? Te explicamos cómo salir del agua de forma segura y evitar así un buen susto.
Nadar en el mar no es lo mismo que hacerlo en una piscina: el mar es un elemento vivo en constante movimiento en el que existen corrientes originadas por diferentes causas como el viento o la densidad del agua.
Una de las corrientes más peligrosas es la corriente de resaca: una corriente superficial que arrastra el agua desde la costa hacia el mar, originada por el oleaje. El hecho de que sea una corriente peligrosa no viene dado por la propia corriente en sí, sino porque en ocasiones puede ser poco visible y porque la reacción de las personas no suele ser la más adecuada ante ellas.
Estas corrientes de resaca, en pocas palabras, llevan el agua de vuelta desde la playa hacia el mar, arrastrando con más o menos fuerza lo que encuentren en su camino. Desde un punto alto son fáciles de identificar ya que podemos ver una especie de "río" con burbujas que se aleja de la arena, o bien podemos identificar ramas o pequeños objetos que se mueven hacia dentro del mar.
Cómo salir de una corriente de resaca
Si nos encontramos dentro de una corriente de resaca lo primero que tenemos que hacer es mantener la calma: no por nadar con todas nuestras fuerzas en dirección a la playa vamos a poder salir. Lo correcto para poder escapar de la resaca, como podéis ver en la imagen que acompaña al texto, es nadar de forma paralela a la playa unos metros para salir de la corriente y, desde ahí, regresar a la arena.
En caso de no poder nadar, lo más indicado es mantenernos a flote pataleando sin gastar demasiadas energías y hacer señales para que vengan a rescatarnos o esperar a que la corriente se debilite para poder salir por nosotros mismos. Pero no gastes fuerzas intentando nadar a contracorriente porque lo más probable es que termines por cansarte mucho sin avanzar nada, y el resultado puede ser desastroso.
Recuerda: nada primero en paralelo a la playa y después sal del agua. Además, asegúrate siempre de nadar en zonas donde haya bandera verde o azul y, a poder ser, donde haya socorristas que puedan ayudarnos en caso de problemas. ¡Nada seguro para disfrutar de tus vacaciones!
Imagen | National Weather Service