Así como manifestamos cansancio, apatía, somnolencia e irritabilidad al inicio de la primavera, en otoño comienza el descenso de la temperatura, la lluvia y los cambios climáticos que reducen las horas de luz solar, presentándonos un día más gris que puede causar astenia otoñal.
Si bien es menos común que su versión primaveral, muchas son las personas que pueden padecer este trastorno que generalmente es leve y dura unos pocos días o semanas. Aunque debemos prestarle atención, pues un estilo de vida que acentúe los achaques puede perjudicar gravemente la salud.
Los síntomas más comunes son el cansancio, la debilidad generalizada, somnolencia, bajo estado de ánimo, falta de concentración, apatía, irritabilidad, falta de apetito e incluso, reducción de las defensas del organismo, lo cual nos hace más propensos a infecciones.
La causa fundamental de la astenia otoñal es la reducción de las horas de luz que controla la glándula pineal, la cual segrega melatonina, hormona responsable del control biológico y las emociones. Por eso, al disminuir la luz solar, en otoño se produce un desequilibrio interno que afecta el sistema emocional.
Se le llama "síndrome" porque no se trata de una enfermedad, sino que es una respuesta del organismo o los cambios estacionales. Por lo tanto, sólo requiere de tiempo y de algunas ayudas que nosotros podemos brindarle al cuerpo para vivir el frío sin dificultades.
Entre los hábitos que no debemos olvidar para enfrentar los cambios estacionales se encuentra una dieta equilibrada con variedad de colores que garanticen la presencia de múltiples vitaminas y minerales para reducir o prevenir el cansancio y debilidad.
Por otro lado, recordemos realizar como mínimo 4 comidas diarias para cubrir las recomendaciones energéticas sin problemas. También es aconsejable no dejar de realizar actividad física, dormir lo suficiente y evitar sustancias como el tabaco, la cafeína y el alcohol, para que el cuerpo pueda seguir su ritmo, sin experimentar fatiga y somnolencia.
Realizar actividades relajantes que permitan aliviar tensiones, como puede ser caminar o correr, es otro buen recurso para superar con éxito los síntomas de la astenia y continuar con un ritmo de vida sano, ajeno a las enfermedades.
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