En Vitónica se ha hablado en varias ocasiones sobre el cuidado que se debe tener con las aguas en los lugares de recreo durante el verano, ya que son focos comunes de infecciones que acarrean una serie de diversas enfermedades.
Uno de los lugares más concurridos durante el verano son las piscinas. Son lugares de recreo por excelencia en esta época del año, pero debemos adoptar una serie de medidas a modo personal para evitar en lo posible contraer cualquier infección.
Algunos de los consejos más útiles para conseguir esto son:
- Evitar bañarnos si padecemos diarrea o alguna enfermedad contagiosa que se pueda transmitir por el agua o por la piel.
- Tratar de no tragar el agua de las piscinas.
- Nunca olvidar ducharse antes de entrar a la piscina, por salud y por respeto.
- El agua de la zona de recreo debe proceder de un abastecimiento autorizado y sometida a controles sanitarios.
- Llevar a los niños al baño con regularidad. En el caso de los bebés se deben revisar y cambiar los pañaes con frecuencia y nunca junto a la piscina.
- Debemos lavarnos las manos de forma minuciosa despues de ir al baño o cambiar los pañales de un bebé.
- Después del baño es aconsejable ducharse y conviene eliminar bien la humedad ya que ningún hongo sobrevive en la piel seca.
Como podemos ver son cosas de sentido común y bastante fáciles de practicar. Debemos recordar también que un gran número de personas en el agua así como una elevada temperatura de la misma, y del mismo modo el intercambio de toallas y bañadores acentúan el riesgo de contraer infecciones.
Imagen | Tom@HK
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