Un año más se va acercando la Semana Santa, una celebración bastante difundida en multitud de países del mundo. Sin entrar en el carácter religioso de la celebración, y las particularidades de cada rito en las diferentes culturas y lugares en que se celebra, me parece interesante hacer unos apuntes acerca de las procesiones y actos que se realizan durante estas celebraciones, que suponen un reto para el cuerpo y para la mente. Por eso es muy útil conocer unos consejos para prevenir y tratar las lesiones debidas a las procesiones.
Las lesiones que se puedan producir dependerán del tipo de implicación de la persona, así como de las características de la celebración. Como es de lógica, no es lo mismo el que participa simplemente acompañando las procesiones, como el que toca un instrumento en la banda, o participa llevando a hombros o en el costado el peso de las pesadas imágenes que procesionan. Sea cual sea el nivel de implicación, es importante prevenir y tratar las lesiones que ocurren debido a las procesiones.
Disfrutar de la Semana Santa como observador
Aquí la exigencia es la que cada cual quiera ponerse. Eso sí, lo habitual es pasar mucho tiempo de pie y caminando, por lo que se recomienda el uso de un zapato adecuado, cómodo, y un mínimo de condición física.
Una persona sedentaria podrá acudir sin mucho problema, si recorre poca distancia y se sienta cada poco tiempo, pero esto no se puede recomendar nunca, así que lo mejor es mantener un cierto nivel de actividad aeróbica el resto del año (caminar 30 minutos al día, practicar senderismo, natación o montar en bicicleta) para asegurar que el cuerpo tiene la resistencia necesaria para aguantar el ritmo de las procesiones.
Preparado para participar en la Semana Santa
Si ya vamos a participar en las procesiones, dependiendo de las exigencias concretas de la tarea a desarrollar, se requerirá un tipo u otro de preparación. En todos los casos, lo ideal es una vida activa que combine ejercicio aeróbico con ejercicio de musculación, para tener la fuerza y resistencia necesaria para aguantar el ritmo exigido en las procesiones.
Como músicos o personal que procesiona, se requiere capacidad aeróbica, así como fuerza en el core y miembros superiores para mantener el peso de cirios, instrumentos y otros útiles que hay que transportar durante el largo recorrido de la procesión.
Como hombres de trono, costaleros, o la denominación que tengan las personas encargadas de llevar el peso de las imágenes (reciben nombres diferentes dependiendo de la localidad) el esfuerzo necesario es muy grande. Por ello lo ideal es un buen acondicionamiento físico a lo largo del año. Actividades como caminar, correr, senderismo, natación, bicilceta... Sin duda son excelentes para estar preparados para los requisitos de resistencia que necesita una procesión. El ejercicio aeróbico es algo básico para ser capaz de procesionar durante tanto tiempo, pero también se necesita ejercicio de fuerza.
Mis recomendaciones son ejercicios que impliquen grandes grupos musculares, como sentadillas en sus diversas variantes, peso muerto, también ejercicios de abdominales, espalda y miembros superiores. Si bien habrá quien no haga ejercicio en todo el año y luego acuda a hacer un esfuerzo intenso en las procesiones, al igual que, por ejempl,o el caso del esquí y snowboard, lo que se recomienda es mantener un nivel de ejercicio físico durante todo el año, para llegar en forma a esta época y no sufrir las consecuencias de que el cuerpo no esté preparado para el esfuerzo.
Recomendaciones como usar un calzado cómodo ya las he dicho antes, pero insisto en ello; además, añado algo también de lógica, pero que hay quien olvida: no estrenar zapatos para este tipo de eventos. Usarlos un tiempo antes, para valorar si son cómodos e irlos ablandando, para que no produzcan daños durante su uso el día de la procesión.
¿Cómo prevenir y tratar estas lesiones?
No son raras las molestias y lesiones, sobre todo para los hombres de trono/costaleros. Por ello en algunas localidades se van introduciendo servicios después del recorrido procesional como la atención a estas personas por parte de fisioterapeutas. En otros lugares se hace hincapié en la labor preventiva, creando talleres para dar información sobre la mejor forma de prevenir las lesiones.
Al ser un esfuerzo físico importante, la mejor forma de prevenir daños es mantenerse en forma durante todo el año, con una combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza, unido a un conocimiento de las pautas para levantar y transportar pesos. Eso sí, las lesiones ocurren, así que un tratamiento curativo, ya sea tanto a nivel médico como fisioterápico, servirá para aliviar los daños ocasionados.
Imagen | Enrique Freire
En Vitónica | Atención, costaleros En Vitónica | Las lesiones del penitente ¿cómo prevenirlas?
Ver 2 comentarios