Cada vez son más las personas que deciden dejar de fumar, y es que el tabaco es un hábito muy nocivo para la salud, ya que se trata de una intoxicación progresiva del organismo. De sobra son conocidos los efectos que el tabaco tiene en el organismo. En este post queremos poner de relieve los beneficios de dejar de fumar, algo que no todo el mundo conoce.
Estamos acostumbrados a escuchar siempre lo malo que trae consigo el consumo de tabaco, pero casi nunca nos detenemos en todo lo bueno que nos dará dejar de fumar. Ante todo es importante tener en cuenta que los efectos son casi inmediatos, y por ello merece la pena hacer un repaso por lo que trae consigo dejar este hábito nocivo.
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En primer lugar hay que tener bien claro que queremos dejar de fumar. Al hacerlo, a los 20 minutos de haber dejado el cigarrillo ya se empiezan a notar los efectos, y es que nuestro ritmo cardiaco se normalizará, así como la presión sanguínea, que estará en niveles más normales. También recuperaremos el calor en manos y pies, que muchas veces los fumadores van perdiendo.
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A la 8 horas de haber dejado el cigarrillo conseguiremos que los niveles en sangre del monóxido de carbono y de oxígeno se normalicen, haciendo que nos notemos mucho más vigorosos y en mejor estado.
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Simplemente a las 24 horas de haber dejado de fumar disminuye el riesgo de padecer un infarto por el tabaco.
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A las 48 horas de haber dejado el cigarrillo de lado las terminaciones nerviosas se acostumbran a la ausencia de nicotina, con lo que desaparece técnicamente el conocido como síndrome de abstinencia. A esto hay que sumar que recuperamos el olfato y el gusto.
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A las 72 horas el efecto en los pulmones se empieza a notar, ya que los bronquios se relajan aumentando la capacidad pulmonar. Esto hará que respiremos mucho mejor, además de que los pulmones comenzarán a eliminar la suciedad contenida a causa del tabaquismo.
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Del medio mes a los tres meses los efectos son mayores, y es que mejorará la circulación, la capacidad deportiva y la respuesta del organismo, así como la capacidad pulmonar, que será un 30% mayor.
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A los 9 meses de haber abandonado el hábito de fumar disminuirá la tos, la fatiga, la respiración mejorará. A esto hay que sumar que mejora el estado general y la capacidad pulmonar para limpiarse, haciendo que disminuyan las infecciones.
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A los 5 años de haber dejado de fumar el riesgo de padecer una enfermedad cardiaca es igual que el de una persona que no ha fumado nunca. El riesgo de tener una enfermedad pulmonar disminuye a la mitad.
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A los 10 años de haber dejado este vicio el riesgo de tener una infección pulmonar es similar al de los no fumadores. Lo mismo sucede con el riesgo de padecer cáncer de boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga…
Es cierto que se trata de un mal hábito que debemos dejar, y es ganaremos en calidad de vida, ya que los daños causados por el tabaco se pueden enmendar si nos ponemos manos a la obra y adoptamos unos hábitos de vida saludables.
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