Todas las estaciones del año tienen una serie de enfermedades y patologías concretas que aumentan con su llegada. Por supuesto, el verano no es la excepción y, aunque es una época en la que nos libramos más de gripes y resfriados, aumenta la incidencia de otras patologías.
A menos de un mes para la llegada de esta estación, es importante que sepamos cuáles son las patologías que aumentan verano y cómo prevenirlas. De esta manera nos aseguraremos de disfrutar de un gran verano sin arriesgarnos a padecer alguna molesta enfermedad.
Deshidratación
Si lo pensamos bien no es demasiado sorprendente que una de las patologías más habituales durante los meses de verano sea la deshidratación. El hecho de pasar mucho tiempo expuestos al sol, sufriendo calor o, haciendo deporte al aire libre, podemos perder mucho agua. La mejor prevención posible es asegurarnos de hidratarnos bien y aumentar nuestra ingesta de líquido en los días de más calor.
Cistitis
A pesar de ser una enfermedad muy habitual en invierno, su incidencia aumenta también en los meses de verano, debido al tiempo que pasamos con el bañador mojado puesto, además de los cambios de temperatura bruscos, y la deshidratación que sufrimos. Para prevenir esta patología es importante que bebamos suficiente agua, nos cambiemos de bañador después de mojarlo y protegernos de los cambios de temperatura, además de usar ropa interior transpirable.
Herpes labial
Si sois propensos a padecer herpes labial seguro que sabéis que en verano aumenta el riesgo de que estas lesiones aparezcan. La exposición al sol, los aires acondicionados, el agua del mar o de la piscina o la exposición prolongada a los rayos del sol pueden aumentar el riesgo de que padezcamos un herpes. Para prevenir su aparición podemos aplicar protector solar en la zona sensible.
Quemaduras solares
Por supuesto, si hay una patología habitual en verano esas son las quemaduras solares. El peligro de este tipo de quemaduras es de sobra conocido: desde la aparición de ampollas, manchas en la piel, dolor, fiebre, hasta, por supuesto, aumento del riesgo de padecer cáncer de piel. La mejor y más efectiva forma de prevenirlo es usar un protector solar adecuado con un alto FPS y no tomar el sol en las horas de sol más intenso.
Picaduras
Que levante la mano la persona que no hay sufrido ni una sola picadura en verano. Desde los mosquitos, pasando por otros insectos como las abejas, avispas y arañas, hasta las medusas, en verano aumenta el riesgo de sufrir picaduras. Para evitar las picaduras de mosquitos podemos usar mosquiteras, evitar los perfumes fuertes y cubrirnos bien la piel. En el caso de las medusas, es importante que conozcamos si hay medusas dentro del mar y evitar las zonas donde aparezcan.
Otitis
Las infecciones de oído en verano también son una patología muy habitual. Se trata de una época en la que pasamos mucho más tiempo dentro del agua lo que provoca que los oídos estén más húmedos y se generen infecciones. Para evitarlo es importante que nos aseguremos de mantener los oídos lo más secos posibles y que utilicemos tapones si lo necesitamos.
Hongos en los pies
Si hay una recomendación habitual en verano es que no vayamos descalzos por ahí. Especialmente en piscinas, etc. En verano pasamos más tiempo en zonas húmedas y estás son especialmente proclives a acumular bacterias que pueden acabar en hongos en nuestros pies. Es importante que nos aseguremos de llevar chanclas y evitar andar descalzas por zonas de uso muy habitual.
Imágenes | Unsplash, Pexels