Se sabe que el consumo de sodio, uno de los componentes de la sal, está relacionado con el aumento de la presión arterial y por eso es recomendable moderar la cantidad que incorporamos a nuestros alimentos. Pero, ¿llega esa relación hasta el punto de poder afirmar que el consumo de sal está relacionado con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte?
Resulta que la respuesta a esta pregunta no es sencilla, porque no es sencillo medir rigurosamente la cantidad de sodio en nuestro organismo y por eso algunos estudios han cuestionado que esa relación sea totalmente lineal, en el sentido de que si bien la moderación es importante, por debajo de determinado nivel no hay necesidad de seguir reduciendo y estamos en una franja "segura". En una gráfica, estaríamos ante una curva en forma de J.
Pero ahora, un nuevo estudio ha utilizado una nueva forma de medición para resolver la incógnita y concluir que sí, el consumo de sal está directamente relacionado con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y muerte y esa relación es lineal: cuanto menor, mejor, hasta llegar a 0.
"El sodio es notablemente difícil de medir. A menudo está oculto y no sabes cuánto estás tomando, lo que hace difícil medir el consumo real de sodio de una persona a partir de un cuestionario. Medir el sodio que excretamos es la forma más precisa, pero hay diferentes formas de recolectar estas muestras", explica Nancy Cook, bioestadista del Departamento de Medicina del Birmingham and Woman Hospital (BWH) y coautora del estudio.
Una nueva forma de medir el sodio
Una forma de medir el sodio es realizar un test para medir los niveles en una muestra de orina. Sin embargo, los niveles de sodio en la orina pueden fluctuar durante el día, así que para ser precisos habría que recoger la muestra de todo el día. Además, el consumo puede cambiar de un día a otro, lo que significa que para ser realmente precisos, habría que recoger las muestras de 24 horas, correspondientes a varios días.
El problema con anteriores estudios de resultados contradictorios es que o bien se basaban en cuestionarios o bien utilizaban muestras de orina puntuales para estimar el consumo de sodio, lo que les daba unas mediciones incompletas y por eso no había datos para considerar que la relación era lineal y que cuanto menor consumo de sal, mejor, hasta llegar a 0.
Para averiguar si esas conclusiones se podían deber a esas mediciones incompletas, en este estudio se analizaron muestras esporádicas así como muestras múltiples y no consecutivas de 3.000 individuos con prehipertensión.
Una relación lineal
Los resultados mostraron que tomando esas muestras esporádicas se obtenían resultados diferentes de los que se obtenían teniendo en cuenta todas las muestras: ya no había curva en forma de J, sino una relación lineal en la que el consumo cada vez más reducido o nulo sí se corresponde con un menor riesgo cardiovascular y de muerte.
Así que ya sabemos, no solo que reducir el consumo de sal al máximo puede reducir el riesgo de hipertensión y de enfermedades cardiovasculares, sino también lo importante es que estas investigaciones se hagan obteniendo los datos más precisos posibles para darnos una información completa.
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