Decir que fumar es un mal hábito que perjudica nuestra salud o que el consumo de alcohol daña nuestro organismo poco a poco no es decir nada nuevo, sin embargo, un reciente estudio relaciona el hecho de fumar y consumir alcohol en exceso con una serie de cambios epigenéticos en nuestro ADN que reflejan un acelerado envejecimiento biológico.
En este estudio realizado por la American Society Of Human Genetics (Sociedad Americana de Genética Humana) relacionan la edad biológica con la edad cronológica relacionando la implicación que tienen el tabaco y el consumo de alcohol en el envejecimiento prematuro.
Algunas investigaciones anteriores habían demostrado que los patrones de metilación cambian de manera predecible con la edad y además en respuesta a las exposiciones ambientales como el humo del cigarillo y el alcohol. Concretamente el Dr. Philibert identificó dos lugares específicos en el genoma, pares de bases en el gen cg0557592 AHRR y cg23193759 en el cromosoma 10, donde los niveles de metilación están altamente asociados con el tabaquismo y el consumo de alcohol respectivamente.
En las investigaciones realizadas pudieron confirmar que todos los niveles de exposición al humo se asociaban significativamente con el envejecimiento prematuro. El consumo de alcohol moderado (supuestamente una o dos copas de vino al día) se relacionaron a un envejecimiento natural, mientras que un alto consumo estaba vinculado a un envejecimiento acelerado.
Estas nuevas formas de evaluar cómo afecta el tabaquismo y el alcohol a nuestro envejecimiento, permite evaluar el consumo de alcohol y el tabaquismo de forma objetiva y además comprender cómo son exactamente sus efectos de forma cuantitativa. Los métodos podrían ayudar a identificar incluso nuevos patrones y que todos los resultados se pudieran comparar fácilmente.
Una de las vías futuras de investigación es la de estudiar cómo afecta la intensidad del tabaco y el consumo de alcohol a los niveles acumulativos de su uso durante toda la vida a la metilación, incluyendo lo que ocurre cuando una persona deja de fumar o de beber habiendo sido previamente consumidora de alcohol o tabaco.