La hipotensión es una condición que (con frecuencia) no reviste gravedad, pero una de sus formas la hipotensión ortostática merece tenerse en cuenta: te contamos qué es y cómo prevenir sus síntomas.
Qué es la hipotensión ortostática
En su forma clásica la hipotensión ortostática se define por la reducción sostenida de la presión arterial en al menos 20 mmHg de presión sistólica (número superior), o al menos 10 mmHg de presión diastólica (número inferior), dentro de los 3 minutos de incorporarse desde la posición de decúbito supino (tumbados boca arriba).
Si esta caída de la presión arterial ocurre después de los 3 minutos se considera una hipotensión ortostática retardada y si ocurre dentro de los 15 segundos del cambio de posición se considera una hipotensión ortostática inicial que frecuentemente ocurre en los jóvenes y no reviste gran gravedad.
Entonces, la hipotensión ortostática es la caída de la presión ocasionada por un cambio postura, frecuentemente por el paso de estar tumbados a colocarnos de pie o en posición erecta de forma rápida, de hecho, también se le denomina hipotensión postural.
Cómo prevenir los síntomas de la hipotensión ortostática
Debido a que la caída brusca de la presión arterial puede ocasionar desde un simple mareo y visión borrosa hasta desvanecimiento y desmayo con caídas que ocasionen lesiones severas, su presencia debería controlarse.
Si la hipotensión ortostática se presenta de forma continua y a largo plazo, resulta un factor de riesgo para sufrir un accidente cerebrovascular como señalan expertos de la Clínica Mayo, y por eso, es fundamental su control.
Aunque pueden darse tratamientos farmacológicos, también podemos acudir a otros recursos para prevenir la hipotensión ortostática, entre ellos:
- Mantenerse bien hidratados para mejorar el retorno de sangre hacia el cerebro y en caso de que experimentemos síntomas de hipotensión ortostática, podemos beber 500 ml de agua en tres o cuatro minutos para mejorar la situación.
- Evitar el calor excesivo que puede favorecer el desarrollo de hipotensión ortostática de forma similar a la deshidratación.
- Reducir el volumen de las comidas y la ingesta de alcohol pues son factores que predisponen a la caída de la presión arterial ante cambios posturales.
- Incorporarse de forma lenta y pausada, tanto al pasar de estar acostados a estar sentados como al colocarnos de pie desde cualquiera de las posiciones anteriores.
- Elevar la cabecera al dormir para reducir la diferencia postural al erguirnos y así, podríamos evitar la hipotensión ortostática.
- Utilizar prendas de compresión como pueden ser las medias que permiten prevenir la caída de presión arterial.
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