Como ya se ha comentado en Vitónica, la propiocepción es básica en una actitud preventiva de lesiones, sobre todo de tobillo. Pero una cuestión importante es ¿Cómo podemos mejorar nuestra sensibilidad propioceptiva?.
Como idea general hay un concepto que nos van a facilitar el integrar la propiocepción en nuestra práctica deportiva: cuanto mayor diversidad de sensaciones articulares tengamos, más eficiente será nuestro sistema receptivo. Veamos algunos ejemplos.
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Correr (o andar) descalzo por la playa va a generar una cantidad enorme de movimientos en las articulaciones interóseas de los pies, además de transmitir gran cantidad de información propioceptiva.
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Andar descalzo por casa (puede ser en calcetines en invierno, a ver si vamos a mejorar nuestra propiocepción y coger un resfriado a la vez) genera también una gran cantidad de sensaciones que en los países industrializados hemos limitado con el uso continuo de calzado.
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No abusar del uso de botas (militares o de montaña), que limitan tanto el movimiento del tobillo, que le hacen frágil cuando no está tan protegido.
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En cuanto a la práctica deportiva, reproducir los movimientos que luego se dan de forma explosiva a cámara lenta o de manera controlada. Un ejemplo de ésto es el clásico ejercicio de calentamiento en el baloncesto de marcha lateral dando tres o cuatro pasos a izquierda y a derecha.
En Vitónica | Propiocepción: ¿Qué es? En Vitónica | Prevenir los esguinces de tobillo con el entrenamiento propioceptivo Imágen | Flickr (Aarmono)